Si con el silencio no basta

El Domingo 16 de septiembre en El Correo se publicaba una noticia cuya primera frase era “En Vitoria nadie se queda sin un plato de comida caliente”. Esta frase ha provocado la inmediata reacción de un colectivo que desde hace meses viene haciéndose oír con su silencio. Transcribo literalmente su reacción:


Desde la Plataforma Círculos de Silencio Vitoria-Gasteiz queremos desmentir algunas de las informaciones publicadas en El Correo en su edición de hoy, domingo 16 de septiembre, sobre la situación del comedor social de Desamparadas.

No es verdad, tal y como se afirma en esa noticia, que "en Vitoria nadie se queda sin un plato de comida caliente". La Plataforma Círculos de Silencio Vitoria-Gasteiz venimos denunciando desde hace varios meses que en nuestra ciudad hay gente que pasa hambre... y lo podemos afirmar con rotundidad porque conocemos y podemos poner nombre a muchas de esas personas que, aún teniendo escasos o nulos recursos para hacer frente a gastos de alimentación, quedan fuera de ese sistema de protección social del que la concejala de Asuntos Sociales, Ainhoa Domaika, hace alarde (es importante remarcar que no estamos hablando únicamente de personas inmigrantes... en contra de lo que se cree, son muchos los VTV -vitorianos de toda la vida- que, como consecuencia de la actual situación de crisis que estamos viviendo, tienen verdaderas dificultades para cubrir una necesidad tan básica como la de la alimentación). Hay muchas personas que dependen de la caridad privada o de la buena voluntad de particulares para poder llevarse un plato de comida caliente a la boca. Y es que no es verdad, tal y como indica la noticia, que "la ciudad tiene recursos sociales a los que puede recurrir cualquiera que se vea en la calle y con hambre". De esos recursos sociales a los que se hace referencia no pueden hacer uso, por ejemplo, las personas que no pueden acreditar una antigüedad mínima de 6 meses en el padrón. También sufren esta restricción aquellos que están percibiendo algún tipo de ayuda, prestación o subsidio y que, después de hacer frente a gastos irremediables como alquiler, gastos de comunidad, luz, agua... se quedan con rentas netas que no son suficientes para comer todos los días. Y tampoco pueden acceder al comedor social los que han solicitado la Renta de Garantía de Ingresos y se encuentran a la espera de percibirla (trámite que se demora por lo general un par de meses y que, actualmente, debido a la transferencia de competencias que ha hecho el Ayuntamiento a Lanbide, se está prolongando más de 6 meses). Si los requisitos exigidos por el Ayuntamiento para acceder al comedor de Desamparadas no fueran tan estrictos, no cabe duda de que la partida presupuestada para cubrir este servicio volvería a ser insuficiente para dar respuesta a todas las demandas.

En ese sentido, es fundamental remarcar también que en la información facilitada a los medios de comunicación, a la señora Domaika se le ha olvidado señalar que Vitoria-Gasteiz es una de las pocas ciudades del Estado que no dispone de un comedor social gratuito al que puedan acceder todas las personas sin recursos. Es por ello que, a través de la Plataforma Círculos de Silencio Vitoria-Gasteiz, somos muchas las personas que llevamos varios meses concentrándonos los primeros jueves de mes, a las 20 horas de la tarde en la Plaza de la Virgen Blanca, con la intención de visibilizar una realidad que en esta publicación la concejala de Asuntos Sociales trata de distorsionar, así como para solicitar el acceso sin restricciones de todas las personas sin recursos al comedor social de Desamparadas.

Cuando nuestras instituciones sean capaces de solucionar una realidad tan sangrante como la que nosotros estamos denunciando entonces podremos afirmar con contundencia que nuestra ciudad tiene un buen sistema de protección social y que nadie en ella pasa hambre.

Non solum sed etiam.
Hechos como este confirman afirmaciones como aquella que dice que “no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oir”. La protesta de este colectivo se fundamenta en datos con nombres y apellidos y en el contacto directo y casi diario de muchos de los miembros de esta plataforma ciudadana. Sin restar un ápice al esfuerzo que institucionalmente se pueda venir haciendo, es evidente a todas luces que es insuficiente. Por lo tanto si la información que encabeza el artículo se sustenta en afirmaciones de la concejala, mal para la concejala; si por el contrario el inicio del artículo es cosecha propia de la periodista, mal para la periodista, y puestos a verter opinión propia bien podría haber sido cotejada esa aseveración antes de lanzarla sin reparo.
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