Una oleada de indignación cristiana y samaritana

Quedan entrañas de misericordia y de denuncia profética en la Iglesia española. En las bases de la Iglesia española, mejor dicho. Mientras la cúpula jerárquica guarda un obsequioso silencio (Rouco tacet) para no molestar al Gobierno filoeclesiástico del PP, las bases se movilizan. Y ponen el grito en el cielo. Especialmente, contra dos de las medidas más sangrantes del Gobierno: la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares y los deshaucios de las víctimas del paro y de la crisis.

Diversos colectivos han denunciado recientemente que "privar a los inmigrantes de la tarjeta sanitaria es una injusticia y una inmoralidad". Hace un par de días otro colectivo eclesial hacía lo propio con los desahucios. Con un manifiesto: "En el nombre de Dios, ¡Basta ya de desahuciar a las familias!" Un manifiesto desgarrador y profundamente evangélico.

Nos sumamos a ambas iniciativas. Es de humanidad. Es de justicia. Ésta es la Iglesia samaritana que escucha y atiende el llanto de los pobres, de los enfermos y de los que se quedan sin su hogar. Tirados en las calles, en las cunetas de la vida. Con su sacrosanta dignidad personal herida de muerte.

Desde aquí, unimos nuestra voz a la de esos colectivos y pedimos que se sume toda la Iglesia católica. Empezando por los obispos. Y si los obispos no lo hacen (por prudencia o temor), que lo hagan los párrocos, los curas, los frailes, las monjas y los laicos católicos. Todos unidos somos Legión.

Pongamos en marcha una bola de nieve soidaria que avance sin miedos a los poderes establecidos. Una oleada de indignación cristiana y samaritana. Estos hermanso nuestros más desfavorecidos no pueden aguantar más, no pueden esperar más. Nos necesitan ya.

José Manuel Vidal
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