Emérito de Tehuantepec dirige reclamo en Cámara de Diputados “Hay algunos quienes están traicionado al Presidente…” Mons. Arturo Lona Reyes

AMLO lo invitó sentarse en la silla presidencial

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Donde se encuentre, jamás pasará desapercibido. Mons. Arturo Lona Reyes es obispo favorito en la cuarta transformación de López Obrador y así lo presume. “El presidente me estima” dice el nonagenario emérito de Tehuantepec cuya opción por los pobres es clave en estos tiempos donde los desposeídos también son capital político.

Mons. Lona llegó el jueves 11 de abril a Cámara de Diputados mientras el bullicioso recinto de Palacio Legislativo alojaba la sesión de ordinaria donde se desahogaba la polémica reforma laboral. Sin sotana o alzacuello, sólo la sencillísima cruz pectoral era el único distintivo, símbolo de la potestad episcopal en el recinto laico. Pronto, la diputación oaxaqueña del partido mayoritario corrió la voz para sostener un encuentro con el emérito de cuna hidrocálida y corazón istmeño; sin embargo, no se trataba de la simple salutación. Lona traía una seria preocupación y reclamo para los legisladores de MORENA.

En los pasillos del grupo parlamentario, la juquilense Graciela Zavaleta Sánchez, plurinominal por la tercera circunscripción, caminaba junto al prelado tomados del brazo con gran sonrisa presumiendo añeja amistad. “Yo lo conozco desde joven, cuando cortaba leña…” decía la legisladora cuya frase encerraba su celo por la defensa de los derechos humanos cuando ellos reunían víveres y madera para las comunidades necesitadas, lucha en la que dejaron los años de juventud que ahora les dan sabiduría.

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Mons. Lona Reyes y Graciela Zavaleta Sánchez

Pero no se trataba de una simple reunión de cortesía. Lona no estaba ahí como lo fue en el senado a finales de febrero para recibir un reconocimiento. Su agenda guardaba el reclamo para los legisladores oaxaqueños de Morena por la inminente designación del Defensor estatal de los Derechos Humanos y la efectiva lucha contra la corrupción a la que se compromete el gobierno de la República.

Por casi media hora, Mons. Arturo Lona comentó a los legisladores la estrecha y cercana amistad que tiene con Andrés Manuel López Obrador. Hace unas semanas, el presidente  me invitó a desayunar con él después de sus pláticas mañaneras. Yo me sentía indigno de eso porque siempre he sido obispo de los indígenas, eso es mi debilidad y gloria. Ese detalle lo sabe el señor presidente…. Después de haber desayunado me dijo: Espérame. Nos tuteamos. Fue con la secretaria y le dijo: ‘Dile al obispo que quiero una foto. ¡Me llevó hasta el despacho presidente! Abrió la puerta y al fondo estaba él, la silla presidencial y todo estaba dispuesto para la foto: ¡Pásale! Me dijo y se hizo la foto”.

Esa misma anécdota fue también origen de otro curioso hecho cuando López Obrador invitó a Lona Reyes a tomar la silla presidencial:

“Siéntate en esta silla”…

“No! Es la silla presidencial.

“Aquí se sentó Emiliano Zapata… y también Francisco Villa”.

“No! Yo no me siento ahí” Al final sacaron la foto que después circuló en medios.

Para mejores referencias de esta amistad del presidente y el obispo, Lona Reyes tampoco escatimó en la orden que Andrés Manuel diría a quienes estuvieron presentes en la reunión: “Cuando se despedían todos después del desayuno, dijo con tono fuerte: ‘Al obispo Lona Reyes, óiganlo bien, todo, todo lo que pida se le va a conceder porque nunca pide para él, pide para los pobres e indígenas…’ eso me comprometió, ahora tengo que cumplir”.

La anécdota del desayuno en Palacio Nacional fua antecedente al asunto central de su visita a San Lázaro. Para el prelado emérito no hay duda sobre la efectiva guerra que el actual gobierno emprende en contra de la corrupción. Sin mayor preámbulo reclamó: “Tengo una preocupación muy fuerte. Se está eligiendo al ombudsman de derechos humanos en Oaxaca…” Enseguida Arturo Lona exhibió la división existente en la bancada de 26 legisladores locales de Morena y sus desacuerdos para la elección del titular de la Defensoría Estatal de los Derechos Humanos de los Pueblos de Oaxaca (DDHPO) por siete años. “Algunos de MORENA están con el PRI” -diría el obispo- “Creo que eso no se vale”. Tras el reclamo, reclamó que esos movimientos no son jugadas limpias. Y es que el obispo emérito manifestó su desilusión porque Juan Rodríguez Ramos, visitador de la Defensoría, quedó fuera de las ternas para la selección del nuevo defensor de derechos humanos.

“Enseñé el curriculum de Juan Rodríguez al gobernador, me dijo que lo apoyaría, pero me mintió… quedó fuera de la terna. Eso no se vale. Flavio Sosa -líder fundador de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y simpatizante de MORENA- fue a visitarme a Tehuantepec, desayunamos juntos, respaldaría a Juan Rodríguez, no fue cierto, ya tenía a su candidato… A Flavio yo lo saqué de la cárcel. A su hermano Horacio que es de Morena, está ahora en contra; les conseguí el indulto con el gobernador Ulises (Ruiz Ortiz)… Ahora con estas cosas, ¿así me paga? A base de mentiras no hacemos nada para avanzar en el Estado de Oaxaca… No se vale jugar con la gente”.

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Con legisladores federales de la diputación oaxaqueña del Morena

Lona Reyes no dejó de expresar su desilusión: “¿Así vamos a luchar contra la corrupción?... Ser o no ser… Que tu palabra sea sí o no, lo demás es del diablo, así lo dijo Jesús de Nazareth” diría a los legisladores quienes no esperaban el siguiente dardo contra la hipocresía electoral: “Yo sí creo en el señor presidente y es verdad que hay algunos quienes lo están traicionando, no creo mucho en las conversiones de gente que hoy es de Morena y eran de otros partidos…”

Lona Reyes dejó salió de Cámara de Diputados para conseguir la mayor influencia de los legisladores federales y detener una supuesta imposición en la Defensoría. “No defrauden al pueblo que los eligió” sentenciaría al terminar la reunión en San Lázaro; sin embargo, al final se consumó lo que Lona Reyes advirtió a los diputados federales: Que algunos de MORENA apoyaron al PRI. El viernes 12 de abril, el Congreso estatal confirmó al supuesto candidato del gobernador quien protestó al cargo de Defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca. El anciano y sabio obispo tenía razón.

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