#adviento2023 Más que parteras… un Adviento prolongado

Más que parteras… un Adviento prolongado
Más que parteras… un Adviento prolongado

Mi nacimiento también fue asistido por una partera

En las noticias anunciaron que la UNESCO, declaró patrimonio cultural inmaterial de la humanidad la Partería, el Colombiano lo definió así:

“La partería tradicional hace parte de las prácticas ancestrales afro, indígenas y campesinas de nuestro país. Estos saberes representan un legado invaluable para la salud y la vida de las comunidades en los territorios, en tanto que garantizan su continuidad y reconocen un sistema propio de medicina tradicional, al tiempo que fortalecen procesos organizativos a nivel regional, departamental y municipal”.

Esto me parece maravilloso, pues además de reconocer su labor, está rescatando una tradición que ha traído a muchos de nosotros a esta vida. Ellas, han acompañado ese momento hermoso y doloroso de nuestras mamás. Mi madrina Amalia, acompaño mi nacimiento, el cual fue asistido por su mamá y luego cuando su mamá ya no podía ir, mi madrina asistió a mi mami en el nacimiento de los gemelos.

Cuando escuché esta noticia, recordé la conversación que tuvimos en el Grupo de Jesús para las mujeres, donde estamos leyendo el libro de José Antonio Pagola: Grupos de Jesús.  Aquí, al ver la valentía de tantas mujeres, hablamos sobre las parteras de Éx 1, 15-21, Séfora y Fuá, que al no acatar la orden del faraón optaron por la vida, rechazando un proyecto de muerte y para ello tuvieron que jugarse su propia vida.

Al leer a la Hna. Luz Mery pude recordar que mi nacimiento también fue asistido por una partera, una señora veterana en este arte a la que todo el pueblo llamaba “Teresita”. La verdad no tengo muchos recuerdos de ella, murió cuando yo estaba muy pequeña. Pero si recuerdo un detalle muy significativo, que todavía se conserva y es que en mi pueblo las mamás exigían una veneración especial a quienes las ayudaban en sus partos y pedían que se saludaran con mucho respeto, casi como si se saludara a otra madre.

Hoy nuevamente, puedo sentir muy cerca a Séfora y Púa en el rostro concreto de tantas mujeres que apuestan por la vida, heroínas anónimas que se enfrentan con fuerza femenina a la muerte y al descarte.

A ustedes les decimos benditas por ser mujeres parteras de nuevas posibilidades que ayudan al nacimiento de la esperanza.

Benditas mujeres parteras de nuevos esquemas, que ayudan al nacimiento de mentalidades abiertas y estilos alternativos.

Benditas mujeres parteras de milagros cotidianos, que ayudan al nacimiento de la ternura subversiva.

Benditas mujeres parteras colaboradoras de la Ruah Divina, manos sabias que reciben el hálito de la vida.

Benditas mujeres parteras, que entonan un canto de alabanza con el llanto victorioso del bebé.

Benditas mujeres parteras, poseedoras del ingenio femenino que las convierte artesanas del cuidado y expertas en el caliente abrazo que acuna al recién nacido.

Benditas mujeres parteras que incomodan la necrocultura de estos tiempos, gracias por enfrentarse con parresia y ser extensión de los úteros fecundos en los que se gesta lo inédito.

Siento que podemos instaurar un nuevo estilo de parteras y hoy todas las mujeres estamos invitadas a dar vida a algo nuevo y bueno, seguro que para ello también nosotras tenemos que esquivar los faraones de la actualidad.

Por eso, además de celebrar la decisión de la UNESCO, las invito a vivir este Adviento con una actitud de partera, capaz de acompañar proyectos de vida y transformación.

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