El precio de la libertad

Gandhi decía que la libertad externa se consigue cuando hayamos sido capaces de desarrollar nuestra libertad interna.
La libertad, en sí misma, no tiene un valor propio, sino que se mide en función de las cosas en las cosas que con ella somos capaces de conseguir. Es uno de los regalos más valiosos que poseemos las personas, pero no siempre sabemos darle el valor y uso debido. ¿Cuántas veces hemos utilizado esa libertad en beneficio propio, de manera egoísta e inconsciente o no tan inconsciente? Puede más de una…
¿Cuántas personas se ven privadas de ella tanto interior como exterior?
A veces, las ataduras son demasiado fuertes y no somos capaces de romper el cerco y librarnos de ellas. Máxime cuando hay alguien que te la arrebata.
Como tantas otras cosas en la vida, nos damos cuenta de la importancia y el valor que adquiere cuando la perdemos. Puede que esa “esclavitud”, esas “cadenas”, no sólo nos aten las manos, sino, lo que es peor: la mente y el corazón, haciendo que el hombre pueda ser mas libre o esclavo, en la medida que el mismo desea.
En ocasiones, esta situación nos causa un dolor excesivo porque, en determinados momentos, de nuestra vida, encontramos que se nos arrebata algo muy nuestro que se nos ha dado. El hombre está llamado a buscar la verdadera libertad siendo esta uno de los fundamentos de nuestra felicidad.
En medio de las dificultades, no dejemos de hacerlo, ya que es un don, sentimiento que nos une al verdadero ser de la propia vida, no nos privemos ni privemos a nadie de ella.
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