Celebra la beatificación en La Rioja y solicita ayuda tras las inundaciones en Sudáfrica El Papa pide que los refugiados detenidos en Libia sean evacuados por corredores humanitarios

Regina Coeli del Papa Francisco
Regina Coeli del Papa Francisco

"Su situación, que ya es muy grave, se torna aún más peligrosa debido al conflicto en curso", advierte en el Regina Coeli

El Papa dijo en su alocución previa al Regina Coeli, que este día “estamos invitados a acercarnos a Cristo con fe, abriendo nuestros corazones a la paz, la alegría y la misión, que es el anuncio de la misericordia divina, testimonio alegre de su amor que se transforma y redime”. Que el Espíritu de Cristo Resucitado, dijo, guíe y sostenga siempre la acción apostólica de la Iglesia, conservando fieles a su vocación a los obispos, sacerdotes, personas consagradas y todos los fieles bautizados.

Jesús aparece en el Cenáculo a los apóstoles

El Papa, recordando el Evangelio de hoy, nos dice que en el día de Pascua, Jesús aparece a sus discípulos en el Cenáculo trayendo tres dones: paz, alegría, la misión apostólica.

El don de la Paz

Las primeras palabras que dice Jesús a los apóstoles son: "La paz sea contigo". El Señor resucitado, dijo Francisco, trae paz auténtica, porque a través de su sacrificio en la cruz ha logrado la reconciliación entre Dios y la humanidad y ha vencido el pecado y la muerte. “Sus discípulos eran los primeros que necesitaban esta paz, porque, después de la captura y la sentencia de muerte contra el Maestro, habían caído en el desconcierto y el miedo. “Jesús se aparece vivo entre ellos y, mostrando sus heridas en el cuerpo glorioso, da la paz como el fruto de su victoria”.

“Pero esa tarde el apóstol Tomás no estuvo presente. Informado de este evento extraordinario, él, incrédulo ante el testimonio de los otros Apóstoles, pretende verificar personalmente la verdad de lo que ellos afirman. Ocho días después, como hoy, se repite la aparición: Jesús se encuentra con la incredulidad de Tomás y lo invita a tocar sus heridas”. Sus heridas, las heridas de Jesús, “son la fuente de paz, porque son el signo del inmenso amor de Jesús que derrotó a las fuerzas hostiles del hombre, es decir, el pecado, el mal y la muerte”.

El don de la Alegría

El segundo don que el Jesús resucitado trae a los discípulos es la alegría. El evangelista informa que "los discípulos se regocijaron al ver al Señor". Francisco afirma que el tiempo de Pascua es un momento de alegría, por lo que la liturgia nos hace repetir continuamente: "Este es el día que hizo el Señor, regocijémonos y alegrémonos". La resurrección de Jesús, dijo el Papa, es la razón más grande de nuestro gozo; Él ha destruido los obstáculos y las fuerzas negativas del mundo, que nos impiden ser felices. Así, nuestra existencia, gracias a su muerte y resurrección, se caracteriza por la positividad y la esperanza, y esto para nosotros es una razón de verdadera alegría.

El don de la Misión

Además de la paz y la alegría, Jesús también presenta la misión a los discípulos. Él les dice: "Como el Padre me envió, también yo os envío". El Papa dijo por último que la resurrección de Jesús es el comienzo de un nuevo dinamismo de amor, capaz de transformar el mundo con el poder del Espíritu Santo.

“Este amor se extendió a través de los apóstoles y sus sucesores, pero también a través de todos los demás fieles. De hecho, el Jesús resucitado confía la tarea de anunciar el maravilloso evento de su resurrección a cada cristiano”. Cada persona bautizada está llamada a transmitir los dones divinos de paz y alegría, dijo, continuando así la misión salvadora de Jesús en el mundo, cada uno de acuerdo con su propia vocación.

El Papa, hoy, en el Regina Coeli
El Papa, hoy, en el Regina Coeli

Celebra la beatificación de los mártires riojanos: "Que su ejemplo apoye a aquellos que trabajan por una sociedad más justa"

Después de rezar a la Madre de Dios, el Papa dedicó un pensamiento especial a los cuatro nuevos beatos argentinos:

"Ayer en La Rioja, Argentina, fueron proclamados Beatos, Enrique Ángel Angelelli, Obispo diocesano, Carlos de Dios Murias, Franciscano conventual, Gabriel Longueville, sacerdote fidei donum y Wenceslao Pedernera, catequista. Estos mártires de la fe fueron perseguidos por la justicia y la caridad evangélica. Que su ejemplo y su intercesión apoyen en particular a aquellos que trabajan por una sociedad más justa y unida. ¡Demos un aplauso a los nuevos beatos!", dijo Francisco.

Refugiados detenidos en Libia

Asimismo, el Obispo de Roma invitó a los presentes a unirse a su oración por los refugiados que se encuentran en centros de detención en Libia, cuya situación, que ya es muy grave, es aún más peligrosa debido al conflicto en curso: "Hago un llamamiento para que especialmente las mujeres, niños y enfermos puedan ser evacuados lo antes posible a través de los corredores humanitarios".

Inundaciones en Sudáfrica

Igualmente, Francisco pidió oraciones por los que perdieron la vida o sufrieron graves daños en las recientes inundaciones en Sudáfrica, "para que a estos hermanos nuestros no les falte nuestra solidaridad y el apoyo concreto de la comunidad internacional".

Saludos a los peregrinos y a los cristianos orientales

Por último, el Papa saludó a todos fieles romanos y peregrinos de Italia y de varios países, en particular los fieles de Tlalnepantla (México), los jóvenes de Valencia, los estudiantes de Tricase, los adolescentes de Arcore y los de Carugo; los fieles de Modugno y Génova. También dirigió un saludo particular a la peregrinación diocesana de las familias de la Arquidiócesis de Trani-Barletta-Bisceglie, así como a los devotos de la Divina Misericordia reunidos hoy en la iglesia de Santo Spirito en Sassia.

"A nuestros hermanos y hermanas de las Iglesias orientales que hoy, según el calendario juliano, celebran la Pascua, les ofrezco mis cordiales felicitaciones. ¡Que el Señor resucitado les dé gozo y paz! Finalmente, agradezco a todos los que me han enviado saludos de Pascua en estos días. Los devuelvo con entusiasmo, invocando todo el bien para todas y cada una de las familias. Buen domingo y por favor no se olviden de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta pronto", concluyó el Pontífice.

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