Orfeo en el arte judío

Hoy escribe Fernando Bermejo

La importancia de Orfeo en el mundo pagano explica su presencia en la literatura y el arte judío y cristiano. De todos modos, los intereses propios de estas religiones hacen que en ellas la figura de Orfeo se concentre en particular sobre dos aspectos de la personalidad de Orfeo: la de artista y la de teólogo.

En el caso del judaísmo, el hecho de que Orfeo fuera considerado tradicionalmente como un músico extraordinario propició su aproximación a la figura del rey David, considerado salmista; además, si la música de Orfeo tenía virtualidades mágicas, las Escrituras (1Sam 16, 23) atribuyen al tañedor de arpa David aliviar a Saúl de la presencia de un espíritu maligno que le aquejaba. Por otra parte, la autoridad espiritual de que Orfeo gozaba hizo que en la época helenística fuera comparado por los judíos con Moisés, por supuesto con el propósito de mostrar la dependencia de aquél respecto de éste.

En la célebre sinagoga de Dura-Europos, situada a orillas del Éufrates en la actual Siria, hallamos un fresco en el que se representa a un hombre que toca la lira y con el gorro frigio típico de las representaciones paganas de Orfeo. Es claro que elementos de esta figura han sido utilizados aquí. No obstante, otros rasgos internos a la figura representada (sus ropajes reales y un águila a su lado, como signos de la realeza mesiánica) y la atención al programa iconográfico de la sinagoga –en la que se ilustran exclusivamente episodios tomados de la Biblia hebrea– permiten concluir la identidad del hombre, que no parece ser otro que el rey David. Así pues, encontramos aquí una fusión de las figuras de David y Orfeo.

Esta aproximación iconográfica se reencuentra en un mosaico hallado en las proximidades de Gaza, procedente de principios del s. VI, que forma parte del pavimento de un edificio que antaño había servido de sinagoga. El rey David como músico –su nombre aparece en una inscripción en hebreo sobre su cabeza– es de nuevo representado, pero algunos rasgos de las vestiduras y el hecho de que junto al músico se hallen animales –al menos una leona y una serpiente– fascinados por la música que escuchan, evidencian que el artista se atuvo al modelo iconográfico de Orfeo.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo
Volver arriba