Andrés de Betsaida en la literatura apócrifa



Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Andrés en el resumen de Gregorio de Tours

Los Hechos Apócrifos de Andrés (HchAnd) detentan las plusmarca de la antigüedad entre la literatura apócrifa sobre los apóstoles de Jesús. Así lo entendemos y manifestamos en nuestra edición de los Hechos Apócrifos de los Apóstoles. Allí demostramos con razones de alta probabilidad que los HchAnd fueron compuestos en los alrededores del año 150, antes probablemente que los de Juan y Pedro. Luego, la leyenda de Andrés fue reelaborada en múltiples obras escritas ya en épocas posteriores. Sin embargo, ya hemos expresado el convencimiento de que la obra fue conocida y resumida por Gregorio de Tours en el siglo VI.

El salto puede parecer excesivo para trazar la continuación de la leyenda. Pero no lo es si tenemos en cuenta que el trabajo de Gregorio de Tours no es una composición independiente, ni siquiera una reelaboración de los datos de la tradición legendaria sobre el apóstol Andrés. Es, por confesión propia del mismo Gregorio, un resumen de los Hechos Apócrifos primitivos del Protocleto (el primer llamado). Así lo entienden los estudiosos de la leyenda desde los altos andamios de los genios hasta la pedanía de los que basan sus conclusiones en el esfuerzo y la conjetura.

Como hemos podido comprobar, los datos sobre Andrés en sus Hechos Apócrifos son más bien escasos y de orden genérico. Pero tenemos la fortuna de poseer un resumen en la obra mencionada de Gregorio de Tours. Hemos de reconocer honradamente que los HchAnd son parcos en detalles sobre la vida del protagonista. Pero la fortuna ha salido al paso tanto del afán de los investigadores como de la devoción de los fieles supliendo los silencios con el resumen detallado y generoso de la obra de Gregorio. Su título proclama claramente su contenido: Liber de miraculis beati Andreae apostoli (“Libro sobre los milagros del bienaventurado apóstol Andrés”). En el prólogo del libro, teoriza el autor recordando que las gestas de los apóstoles de Jesús aparecen registradas tanto en los Evangelios como en los Hechos de los Apóstoles. Pero, como también hemos constatado, los libros canónicos no son precisamente demasiado explícitos en detalles personales.

Quizá por esa razón, nota el mismo Gregorio, existen otras obras que cuentan de algunos de los apóstoles. Pero llama la atención sobre un dato por demás evidente: de muchos de ellos no ha llegado a la posteridad otra cosa que el relato de sus pasiones. Frente a este detalle, parece destacar Gregorio el hecho de que hubiera llegado a sus manos “un libro de los prodigios (uirtutibus) del santo apóstol Andrés”. Se trata con toda probabilidad de los Hechos Apócrifos de Andrés en su versión latina.

Ofrece abundantes elementos de interés sobre el carácter del libro que resume. Le sorprende y disgusta la excesiva verbosidad (nimia uerbositas), por la que algunos consideraban el libro como apócrifo. Gregorio confiesa haber seleccionado (retrahere) y aclarado (enucleare) solamente los prodigios (uirtutes). Dado que conocemos el tenor de los fragmentos originales conservados, tenemos derecho a suponer que los milagros recogidos en el resumen debían aparecer con amplios contextos de alocuciones, plegarias y reflexiones de exagerado carácter retórico. En otro lugar hemos calificado de “incontinencia retórica” la tendencia literaria del autor de los primitivos HchAnd.

La prueba definitiva de nuestra afirmación estriba en el fragmento del códice Vaticano griego V 808 que abarca los capítulos 33-50 de nuestra edición de los Hechos. Son una demostración evidente de las afirmaciones de Gregorio de Tours. Sus prolijas explicaciones teóricas, sus expresiones reiterativas y recargadas podían generar fastidio entre los lectores sencillos. Por ello, Gregorio tomó la decisión de suprimir esos pasajes y detenerse más bien en el relato de los sucesos prodigiosos, más y mejor comprensibles para los cristianos de a pie. Por la misma razón, suprimía el de Tours referencias de dudosa ortodoxia. Silencia, por ejemplo, toda la historia de la sierva Euclía, elegida por su señora Maximila para que la sustituyera en el tálamo conyugal y facilitara de este extraño modo su dedicación a la vida de castidad.

Como notamos en nuestra edición de los HchAnd y ya hemos comentado anteriormente, si en toda la obra las ampliaciones y los comentarios eran similares a los que aparecen en los fragmentos auténticos conservados, la extensión de los HchAnd debía abarcar una longitud excesiva, suficiente desde luego para provocar fastidio (fastidium generare) a los lectores sencillos. Las explicaciones doctrinales son normalmente más difíciles de asimilar y comprender que el relato escueto de los milagros. De ellos trata el libro de Gregorio de Tours, desarrollado en cuarenta capítulos, precedidos todos de un título que sirve de epígrafe explicativo de su contenido: ciego iluminado, joven resucitado, joven curada, demonio expulsado, etc.

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
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