Avances extraordinarios al inicio del siglo XX en el estudio del Nuevo Testamento (200-11)

Hoy escribe Antonio Piñero


Julius Wellhausen (1844-1918) añadió a su Historia israelita y judía (Berlín 1894) un capítulo suplementario sobre los Evangelios, ya que éstos son claramente un producto judío. En este trabajo presentaba a Jesús como un predicador del amor divino en un reino de Dios que ya había comenzado a manifestarse. Este Jesús tenía una relación con Dios de hijo a padre como hombre que era.

El título de “Hijo del hombre” que él se otorgaba significaba en arameo precisamente eso, un mero ser humano. Tras su muerte, sin embargo, este apelativo se cambió en título mesiánico por obra de la comunidad de creyentes, y ésta adscribió a Jesús una filiación divina real: lo consideró hijo real de Dios. Otros cristianos primitivos acabaron de transformar la imagen del Jesús terreno uniendo su persona a diversas concepciones escatológicas judías de la época (p. ej., el juez mesiánico que ha de venir, etc.).

Más tarde, en su Introducción a los tres primeros evangelios (Berlín 1905), mantiene Wellhausen que estos escritos no poseen valor firme como fuente para una verdadera historia de Jesús, sino como testimonio de la fe en él. La tradición evangélica, múltiple y variada, se plasmó en los evangelios actuales gracias a una selección dogmática (el dogma previo selecciona el material recibido sobre Jesús: los intereses doctrinales de los autores evangélicos han influenciado tremendamente en esta selección).

Además los evangelistas añadieron por su cuenta y también movidos por sus propias ideas los lazos de unión de las diversas palabras y acciones de Jesús seleccionadas por ellos, lo que influye, naturalmente en su interpretación. Por ello, el ordenamiento y la disposición de estos escritos es una invención personal de los evangelistas.

En esta misma línea se sitúa la crítica radical que Wilhem Wrede (1859-1906) llevó a cabo sobre la concepción del mesianismo en los evangelios. En su obra capital, El secreto mesiánico en los evangelios. Aportación a un mejor entendimiento del Evangelio de Marcos (Gotinga 1901), vuelve a insistir en que ciertas concepciones teológicas de la comunidad de seguidores de Jesús fueron transferidas, o retroproyectadas a la vida histórica del Nazareno. Por ejemplo, según Wrede, Jesús no tuvo conciencia mesiánica alguna. Ni siquiera hay justificación de ella en el más antiguo de los evangelistas, Marcos.

Que ya en el Evangelio de Marcos aparezca Jesús como mesías se explica del siguiente modo: los primeros cristianos no podían explicarse en absoluto el fracaso aparente de la misión de Jesús (la muerte en cruz) y la poca proyección práctica de esta misión en la vida pública de aquél. Entonces pensaron que la solución era que Jesús había decidido mantener oculta su misión.

Wrede opinaba que existía una divergencia entre la concepción anterior a Marcos, que presentaba a Jesús simplemente como maestro y taumaturgo, y la idea que la de la comunidad de creyentes (a la que pertenecía el evangelista) de que Jesús era el mesías. Esta diferencia obligó a Marcos a crear un lazo de unión entre ambas concepciones, es decir le llevó a poner en boca de Jesús una conciencia mesiánica pero a la vez el deseo de ocultarla. Tal conexión, sin embargo, se revela como puramente ficticia, literaria, y no se corresponde con la realidad histórica. Bien analizados los textos, se deduce que Jesús en realidad nunca se consideró a sí mismo como el mesías.

Wrede revela también una concepción crítica radical respecto al Cuarto Evangelio. Afirma que las ideas religiosas de su autor proceden de sistemas gnósticos; este último evangelio se compuso porque en las luchas de la Iglesia primitiva con el judaísmo los tres primeros evangelios (los sinópticos) no habían conseguido la finalidad que se proponían. El escrito de Juan no es, por tanto, una obra histórica, sino teológica: intenta presentar una determinada imagen de Jesús y difundirla para vencer a sus adversarios teológicos.

Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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En el otro blog “Cristianismo e historia”, el tema es:

“¿Conversiones en masa en el cristianismo del siglo V?”

Saludos de nuevo.




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Seminario


PABLO DE TARSO: JUDÍO, GRIEGO Y ROMANO, A LOS DOS MIL AÑOS

CONFERENCIAS

Lunes 22 de marzo de 2010:
18.00: Fernando BERMEJO RUBIO (Univ. Barcelona): Aproximación a la vida de Pablo de Tarso.

19.30: Joaquín GONZÁLEZ ECHEGARAY ( Instituto Investigaciones Prehistóricas, Santander/
Chicago): Los viajes de san Pablo vistos desde la arqueología.

Martes 23 de marzo de 2010:
18.00: Senén VIDAL GARCÍA (Estudio Agustiniano, Valladolid): Los escritos paulinos.

19.30: Antonio PIÑERO SÁENZ (Univ. Complutense): Pablo de Tarso. Un caso de ‘marketing’ teológico en el s. I d.C.

Miércoles 24 de marzo de 2010:
18.00: Enrique OTÓN SOBRINO (Univ. Complutense): La verdad de un apóc r i fo: la supuesta co respondencia entre Séneca y San Pablo.

19.30: Juan María LABOA (Univ. Pontificia de Comillas): El influjo de Pablo en Lutero, religioso agustino.

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