Explicación del Evangelio de Judas (II)


Interrumpimos durante una semana la explicación general de la gnosis. Hoy continuamos con la explicación del Evangelio que interrumpiremos a su vez en el momento que sea necesario seguir explicando ideas de la gnosis..., por ejemplo, su teoría sobre los Primeros principios o la Plenitud de la divinidad, sin la cual no hay modo de entender este escrito.


Sigue la página 33:

Primera conversación de Jesús con los discípulos sobre el mundo inferior

Y he aquí que un día en Judea
se dirigía hacia sus discípulos
y los encontró sentados
y reunidos practicando
la piedad (gymnázo). Cuando
se encontró con sus discípulos

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1 reunidos y sentados celebrando
la acción de gracias (eucharistía) sobre el pan, él se rió.
Entonces los discípulos le dijeron:
“Maestro, ¿por qué te ríes de la
eucaristía? Lo que hacemos
está bien1”. Él les respondió
diciendo: “No me río de vosotros.
Pero vosotros no hacéis esto
por vuestra voluntad, sino porque
10 en esto vuestro Dios es ensalzado”.
Ellos dijeron: “Maestro, tú
[ ] eres el hijo de nuestro Dios”.
Jesús les dijo:
“¿Acaso me conocéis?
En verdad (amén) os digo
que ninguna generación
de los hombres que están
entre vosotros me conocerá”. Cuando
sus discípulos escucharon esto,
20 empezaron a enfadarse (aganaktéo)
y enfurecerse (orgé) y a tomarla contra él2
en su corazón. Jesús por su parte, cuando
vio su ignorancia les dijo:
“¿Por qué esta turbación
os produce tal furia? Vuestro Dios
está entre vosotros y [ ]

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1 os ha enfurecido en vuestra alma(psykhé).
El que de vosotros sea fuerte entre
los hombres que presente al hombre
perfecto (téleois) y que se alce ante la
presencia de mi rostro (prósopon)”.
Y todos dijeron:
“Nosotros somos fuertes” y sus espíritus
no pudieron osar (tolmáo) alzarse ante su presencia,
salvo Judas Iscariote.
10 Él fue capaz
de alzarse ante él (Jesús),
pero no pudo mirarle de frente
a los ojos, sino que le
volvió la cara.


Explicación:


En Judea: el grupo de Jesús había abandonado ya Galilea y se encontraba en su “última semana”, por tanto en tierras de Judea, cerca de Jerusalén donde Judas entregaría a Jesús.

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Acción de gracias/eucaristía: Jesús se ríe de la eucaristía de los discípulos. Como veremos expresamente más tarde en esta misma página, los discípulos, salvo Judas, no entienden a Jesús. Los discípulos simbolizan o bien a los judíos, que no comprenden a Jesús, o bien a gentes que sí siguen al Salvador pero tienen una fe imperfecta: son “psíquicos”, entienden sólo lo superficial del Revelador. Como psíquicos, representan también a los cristianos corrientes, no gnósticos, imperfectos, de la Gran Iglesia. El Revelador se ríe de los ritos, también imperfectos, de los cristianos corrientes, por ejemplo del bautismo en p. 55.

En el Apocalipsis de Pablo de Nag Hammadi el Espíritu Santo se aparece al Apóstol en forma de niño. Este niño muestra a Pablo los doce apóstoles que están en Jerusalén, es decir, todavía inmersos en el universo psíquico, no liberados de la férula del Demiurgo, pero sí moralmente “elegidos”. Jerusalén era para los gnósticos valentinianos el símbolo del universo psíquico, la ciudad de los adoradores del Demiurgo Yahvé (Apocalipsis de Pablo 18 y 19; cf. Heracleón, en Orígenes, In Joh. Comm. X 35 y XIII 16).

Lo que significa en verdad la eucaristía para los gnósticos puede verse en “la revelación del verdadero evangelio” a propósito del primer Jueves Santo tal como lo describen e interpretan los Hechos apócrifos de Juan (Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, nº 646, pp. 341-371), donde se interpreta la eucaristía, la pasión, la cruz, la naturaleza del Salvador de una manera gnóstica, simbólica, completamente distinta a la del “cristianismo corriente” de la Gran Iglesia.

Se rió: aparte del carácter irónico en este caso, una característica típica del Salvador/Revelador es la sonrisa, incluso en la cruz: véase en la BNH Apocalipsis de Pedro 81,15 y 82,30. En los Hechos apócrifos, semignósticos, véanse los Hechos de Pedro 16,1: aparición de Jesús sonriendo.

Vuestro Dios es ensalzado: Los discípulos, como judíos, tienen como Dios a Yahvé, el Dios del Antiguo Testamento, que es para los gnósticos setianos el Demiurgo. Éste no es el Dios Trascendente, el Uno, el verdadero. Véase al final de esta misma página.

¿Acaso me conocéis?: El conocimiento del Salvador es sólo por revelación. Es pura gracia y se concede a los que previamente tienen posibilidad de recibir esa revelación, los potencialmente espirituales. En el Evangelio de Judas no se niega que los discípulos/fieles corrientes de la Gran Iglesia, los “psíquicos”, no puedan llegar a ser “pneumáticos” o espirituales. Todo psíquico es potencialmente un candidato a ser perfecto.

Enfurecerse: por su falta de comprensión: Los discípulos desean obtener la revelación, pero Jesús aún no se la ha concedido completa (son “psíquicos”). Por eso están furiosos contra Jesús. El tema del desconocimiento e incomprensión de los discípulos es común en los Evangelios canónicos: véase, por ejemplo, Mt 16,9: “¿Aún no comprendéis ni os acordáis de lo (ocurrido) con los cinco panes y los cinco mil hombres?… ¿Cómo no entendéis que no me refería a los panes?…” o Mc 9,32: “Pero ellos (los discípulos) no le entendían (a Jesús) y no se atrevían a preguntarle…”

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Hombre perfecto: el Salvador exhorta a sus discípulos a convertirse en espirituales, el “hombre perfecto”, al igual que el Adán celestial. El hombre perfecto es llamado “hombre interior” en la Carta de Pedro a Felipe 137,20 (BNH II 255), expresión tomada de Rom 7,22. Los arcontes del Demiurgo se oponen al hombre espiritual (Exposición valentiniana 38,30ss). La revelación / redención, a través de la gnosis, afecta a este hombre interior: Ireneo, Adv. Haer. I 21,4: para el gnóstico “la verdadera redención consiste en el conocimiento mismo de la Grandeza indecible… por medio del conocimiento es destruida toda ignorancia proveniente de la deficiencia, de modo que la gnosis es redención del hombre interior”.

Alzarse: posición genuina del gnóstico delante del Revelador, ya que su espíritu es consustancial con éste. El gnóstico está erguido y es indestructible: Pensamiento del Gran Poder 43,10; Barbeló se “yergue”, se alza, o está de pie, delante del Gran Espíritu, el Dios Trascendente, ya que es su “imagen”: Apócrifo de Juan 5,15. Por eso los discípulos no se atreven a estar de pie ante Jesús, salvo Judas, el único gnóstico entre los discípulos.

Los gnósticos gustan de las inversiones a la hora de interpretar la Biblia, tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento, que ellos aceptan según la letra, pero que interpretan alegóricamente. Como son “espirituales”, de entendimiento perfecto, tienen a gala realizar estas inversiones de sentido sobre los textos sagrados. Por eso Judas aparece rehabilitado como el discípulo perfecto, gnóstico, justamente al revés de como lo entienden los adherentes de la Gran Iglesia. Véase p. 51, Nebro.

Mirarle de frente a los ojos: Judas está de pie ante Jesús, sí, pero no puede mirarle a los ojos porque aún no ha recibido toda la gnosis posible por medio de la revelación. Le queda mucho por aprender. Al final de la instrucción será capaz de mirar a los ojos directamente al Revelador.

Quién eres y de dónde has venido: justamente son éstas las preguntas a las que responde la revelación de la gnosis. Véase Evangelio de Verdad 22,10ss: “El que posee conocimiento es de lo alto… y de este modo sabe de dónde viene y a dónde va…” (BNH II 150). Es muy famoso un pasaje de Teódoto, gnóstico valentiniano, en sus Excerpta (78,2) recogidos por Clemente de Alejandría: La gnosis salva, pues nos explica “quiénes éramos, qué hemos llegado a ser, dónde estábamos, a dónde hemos sido arrojados, hacia dónde nos apresuramos, de dónde somos redimidos”.

El gnóstico puede responder a estas preguntas, y consecuentemente, responde también a cuestiones similares sobre la naturaleza, proveniencia y acción del Revelador.

Saludos de Antonio Piñero
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