El debate sobre el Evangelio de Judas


Hoy escribe José Montserrat:

En mi primera inserción a propósito de la naturaleza de Judas y del debate en torno a la comprensión general del Evangelio de Judas, proponía a Fernando Bermejo dos cuestiones, una acerca de la noticia de Ireneo de Lyón y otra acerca del título mismo "Evangelio de Judas". Antes de proseguir con los temas concretos quisiera exponer unas observaciones generales.

El Evangelio de Judas presenta un texto copto muy lagunoso. Incluso en las partes conservadas, las lecturas son con frecuencia difíciles o dudosas. La interpretación del contenido no es tampoco fácil, pues ofrece aspectos insólitos e incluso contradictorios. Después de un primer año de estudios han cuajado dos interpretaciones generales completamente diversas:

1. La que considera un Judas gnóstico, “espiritual”, el único que comprende al Revelador.

2. La que sostiene un Judas arcóntico, es decir, un Judas que pertenece al ámbito del gran Arconte o Demiurgo, por tanto, de la materia. Sería, como hemos visto, un Judas igual a los otros apóstoles, que no son gnósticos, sino “materiales”, o en todo caso “psíquicos” (tienen “alma”, pero no “espíritu”; por tanto no pueden ser gnósticos) .

Ambas hallan apoyo en el texto, y ambas arrostran objeciones considerables. En estas circunstancias, no es científicamente aceptable pronunciarse en forma definitiva por una u otra opción. Metodológicamente, las posiciones revisten el carácter de hipótesis, y su grado de certeza no sobrepasa la probabilidad. Pretender certeza es, en estos momentos, un impulso temerario.

El debate en torno a las dos opciones ha alcanzado, sin embargo, los acentos de la polémica. En esta escaramuza han jugado factores sociológicos y paracientíficos que escapan al observador no involucrado. Ciertas personas, e incluso ciertas instituciones, se han visto marginadas en el proceso de invención del Evangelio de Judas, y han reaccionado con acritud. Recuerdo con sorpresa, por ejemplo, la despiadada manera como J. M. Robinson, en una conversación que tuve con él en París, me habló de "a certain Ehrman", de “un cierto Ehrman”. Bart Ehrman no es una personalidad científica a la cual pueda uno referirse como "un tal…" Algo hay aquí que se me escapa, y la verdad es que prefiero no saberlo.

Por otra parte, los investigadores de lengua hispánica estamos persistentemente marginados en el mundo de los estudios gnósticos. Para muestra baste un botón, recentísimo. La editorial Gallimard acaba de publicar un precioso volumen de 1830 páginas con todos los textos de Nag Hammadi, con amplias introducciones y bibliografía. Hay una sola cita, y sólo en nota, de un autor hispánico (F. García Bazán, citado por J. D. Dubois). El resto, nada de nada. Nuestros tres volúmenes de la Editorial Trotta no existen. A pesar de que nuestros colegas portugueses, a la hora de traducir a su lengua los textos de Nag Hammadi y al no tener coptólogos propios debían decidirse por hacer una versión de entre las que había a lenguas modernas, escogieron la española por ser “la más completa en introducciones, notas y sobre todo índices”.

Antonio Orbe, el estudioso más importante con mucho del gnosticismo con obras imponentes publicadas en la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), ha desaparecido del mapa.

En estas circunstancias, pienso que lo que nos corresponde es estar atentos a los debates, adoptar posiciones ecuánimes y bien fundamentadas y guardarnos de abonar polémicas imprudentes y opciones precipitadas. Suscribo por tanto las sensatas palabras de F. Bermejo: "Como ocurre en el mundo en general, y en el ámbito académico en particular, el hecho de que muchos sostengan una creencia determinada no prueba absolutamente nada, y a menudo sólo testimonia la facilidad con que los errores y las ilusiones se propagan entre los humanos".

Resumo mi posición. Sostengo como hipótesis más probable, de ningún modo cierta, que en este evangelio Judas es presentado como un gnóstico, y reconozco las graves objeciones textuales que militan contra esta opción. Considero la hipótesis del Judas arcóntico como perfectamente sostenible aunque menos probable, y que se levantan contra ella buen número de objeciones textuales. No sé cuál será mi posición después del debate que mantendremos en este blog. Añado ahora unas cuantas notas que sirvan para aclarar en algo

Observaciones a Evangelio de Judas 33,1-6:

Palabras secretas de la revelación que Jesús habló a Judas Iscariote (en una conversación que sostuvo con él) durante ocho días, tres días antes de que él celebrara la Pascua.


Secreto y revelación son términos unánimemente aplicados a las doctrinas gnósticas. Entiendo, pues, que el texto dice que Jesús confía a Judas una revelación gnóstica. La conversación tuvo lugar antes de la Pascua. También la conversación de Jesús con Santiago, consignada en el Apocalipsis de Santiago, tratado segundo del Códice de Minia (Biblioteca de Nag Hammadi de Editorial Trotta, vol. III), tiene lugar antes de la Pascua. No es este el único paralelo entre los dos libros. Parece, pues, que el editor del códice incluyó ambos textos porque consideraba que ofrecían el mismo tipo de enseñanza.

Observaciones a Evangelio de Judas 33,13-14:

Entonces tuvo lugar la llamada de los doce discípulos.


F. Bermejo afirma: "…También el resto de los discípulos poseen una naturaleza demoníaca". Lo cual es perfectamente lógico. Si Judas es el decimotercer demonio, los otros doce también lo son. No se suman peras con manzanas. Pero si los Doce no son demonios, sino simplemente seres humanos de naturaleza demoníaca (es decir tienen su parte de materiales), entonces Judas tampoco es un demonio, sino un hombre de naturaleza demoníaca.

Ando algo confuso acerca de la opción "Judas arcóntico", pues no recuerdo los términos en que se expuso en la reunión de París. Judas ¿es un arconte o un hombre arcóntico? La expresión "decimotercer demonio" invitaría a concluir que es un arconte, y más todavía, el jefe de los arcontes. Me pregunto entonces ¿qué sentido tendría que Jesús congregara a doce hombres demoníacos, o a doce demonios, para instruirlos? Es un episodio absolutamente insólito en la tradición gnóstica.

Mi punto de vista es que los Doce son de naturaleza psíquica (término tanto valentiniano como setiano). Jesús como maestro de los psíquicos es un tema generalizado en todas las gnosis. Por el contrario, Judas, el decimotercero (así denominado por anticipación) es de naturaleza espiritual.

Por hoy basta (“Basta a cada día con su malicia”) .

Saludos cordiales de José Montserrat.
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