Jesús el mago, ¿una vez más?



Hoy escribe Antonio Piñero

De vez en cuando vuelve a aparecer, en periódicos y revistas de gran tirada el tema de Jesús como mago. La tesis es que todos –o la mayor parte- de los milagros realizados por el Nazareno se deben a sus conocimientos de magia. Jesús adquirió sus conocimientos de magia durante su estancia en Egipto; se supone que no sólo durante su más tierna infancia, sino durante su juventud. Se piensa que volvió allí algún tiempo, estudió técnicas mágicas a fondo, volvió a Israel y allí, en su vida pública, las empleó para realizar sus milagros.

Recientemente, en un artículo de El Mundo, de 19/09/2008, dos periodistas se han hecho eco del hallazgo de una vasija muy antigua con una inscripción que podría referirse a Jesús. De ser cierto, esta inscripción sería el primer testimonio cronológicamente hablando que tenemos de Jesús.

La vasija de cerámica en cuestión -de la que mostramos una foto cedida amablemente por el equipo de redacción del programa televisivo Cuarto Milenio, de Iker Jiménez- se exhibe en la actualidad –hasta el 15 de noviembre- en una exposición titulada “Tesoros sumergidos de Egipto”, ubicada en el antiguo Matadero de Legazpi, en Madrid. Está abierta al público hasta el 15 de noviembre de 2008. Es una exposición interesante y su visita es recomendable.

Vamos, en primer lugar, a ofrecer a los lectores todos los datos sobre la vasija y su inscripción, y luego, en una postal ulterior, haremos un comentario y ofreceremos nuestra propia interpretación. Tomamos noticias del artículo de El Mundo, complementadas con datos de una conversación con el arqueólogo descubridor como indico más abajo.

La vasija fue hallada entre las ruinas de un templo situado en la zona oriental del Portus Magnus de Alejandría, concretamente dentro de un santuario situado cerca de la isla de Antirhodos, muy cerca de la costa:

"Las excavaciones presentan varios estratos que coinciden con una fecha concreta en el tiempo. Esta vasija fue hallada en el piso correspondiente al siglo I d.C., aunque pruebas posteriores han confirmado que su antigüedad se sitúa un siglo antes de nuestra era. Se encontraron junto a varios objetos y columnas del templo"


El arqueólogo submarino, el francés Frank Goddio, el descubridor de la vasija junto con su equipo, con el que he tenido el gusto de compartir un diálogo antes las cámaras de TV, afirma en el artículo del periódico–copio literalmente-:

"Según explicó a elmundo.es Franck Goddio, uno de los arqueólogos submarinos más prestigiosos del mundo y el responsable del hallazgo, el objeto muestra una inscripción en griego, 'dia chrestou o goistais', que se interpreta como " por Chrestos, el mago". Entre las teorías que se barajan, "bien podría tratarse de una referencia a Jesucristo, en aquel tiempo el máximo exponente de la magia blanca", indicó el investigador francés.


Un poco más tarde se escribe:

En la inscripción en griego 'dia chrestou o goistais', la palabra 'goistais' significaría «mago», mientras que chrestou designaría el nombre del celebrante, aunque también podría significar el mesías. En este caso, la vasija habría sido utilizada por un mago que, para legitimar sus poderes sobrenaturales, habría invocado a Cristo.


Se afirma también en el artículo que el “El valor del descubrimiento se incrementa al comprobarse su antigüedad, ya que los egiptólogos que han estudiado la pieza aseguran que la vasija, procedente de Asia Menor, es del siglo I a.C. y que la inscripción fue realizada antes del año 50 d.C. Esto convertiría el hallazgo en la primera referencia del mesías que se conoce, honor que hasta ahora ostenta una carta del apóstol San Pablo del año 51 d.C. en la que habla de "su maestro".

Por último, el periodista de El Mundo recoge palabras de Frank Goddio en la que sostiene como plausible la hipótesis de que la inscripción de la vasija contiene una mención a Jesús:

«No es descabellado pensar esto, ya que hay que tener en cuenta que en la época de la que estamos hablando, en el primer siglo de nuestra era, la comunicación del Portus Magnus de Alejandría con la región de Palestina era muy fluida, con barcos que llegaban de allí a diario. Es muy probable que en Alejandría estuvieran al corriente de la existencia de Jesús y de los milagros que estaba obrando no muy lejos de allí y que los magos realizaran ritos en su nombre»


¿Qué pensar de estas afirmaciones?

1. En primer lugar, recalcar que Frank Goddio, una persona de trato exquisito, humilde y sereno en sus palabras, y atento a las opiniones de los demás, sólo expone una de las posibles interpretaciones de la inscripción; afirma que él no es especialista en epigrafía griega y que aguarda la opinión de los expertos. Sí sostiene con seguridad -dentro de su campo que es la arqueología submarina- que la vasija en cuestión puede datarse en el siglo I a.C. por su estructura y forma; que procede de Asia Menor, lugar de la primera expansión del cristianismo aparte de Palestina, y que por comparación con otros restos arqueológicos puede sostenerse con seguridad que se trata de un recipiente utilizado para la “lecanomancía”, es decir, adivinación en una vasija por medio del estudio de las manchas y dibujos que en él deja un liquido, normalmente aceite.

Estoy de acuerdo totalmente con esta interpretación. La lecanomancía es bien conocida, y este recipiente tiene la forma típica de aquellos que se usaban para este fin. Pero lo importante no es la vasija en sí, sino la inscripción: Diachrestou ogoistais (así sin separación de palabras como es usual y con un pequeño espacio entre las dos partes). ¿Cómo interpretarla? ¿Es de verdad una referencia a Jesús? ¿Puede sostenerse que éste era un mago?

Seguiremos con el tema el próximo día.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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