Magnificat y Nunc dimittis



¡Feliz sábado! Hoy sábado tenemos música dedicada a la Virgen, como suele ser habitual en este blog. He decidido traerte una composición (bueno dos) de un conocido maestro alguna de cuyas obras ya hemos disfrutado por aquí en alguna ocasión. Su estilo tan reconocible (algo bastante difícil de conseguir por parte de un compositor) es seña de un compositor que siempre nos trae música fresca, incluso en el caso de la música coral que te propongo desgranar hoy. ¿Te apetece?


Alguna que otra vez hemos escuchado música de William Walton (1902-1983), compositor británico nacido en Oldham. Colocándolo entre otros referentes, podemos decir que Walton está entre Vaughan Williams y Britten y hay quien lo ve como el primer compositor británico moderno. Siendo su padre maestro de coros, empezó cantando en el de la Christ Church Cathedral de Oxford. Empezó a mostrar talento componiendo pero se decantó por estudiar en la universidad, cosa que no le satisfizo. En 1922 alguna de sus composiciones se hicieron famosas en Londres y el estreno de su concierto para viola a cargo de Paul Hindemith hizo que fuese conocido en el continente. Durante la Segunda Guerra Mundial se dedicó a componer para películas y poco a poco fue recibiendo cada vez más encargo, una tónica a lo largo de su vida. Era contemporáneo de Poulenc o Prokofiev y, como ellos, se decantó por la expresividad y el lirismo, evitando las técnicas modernistas que podían ser más abstractas. Su música es una perfecta síntesis entre lo viejo y lo nuevo.

Hoy te traigo su Magnificat y Nunc Dimittis. En la música inglesa es habitual que los compositores pareasen estas obras. Así lo hizo Walton cuando en 1974 el deán de la catedral de Chichester le pidió estas obras para conmemorar el 900º aniversario de dicho templo. El compositor arregló parcialmente obras que había trabajando en 1943. La composición es grandiosa y Walton sabe combinar en su música ese grandiosidad con un sentido de paz profundidad. En el «Nunc dimittis», el cántico de Simeón, el compositor nos emociona con una voz de bajo que canta al Dios Todopoderoso. Como puedes comprobar, Walton sabe en todo momento mantener (y crear, claro) ese ambiente tan característico de la música coral británica, llena de profundidad y de mirada hacia las alturas.

La interpretación es del William Whitehead (órgano) y el Coro de la Catedral de Rochester dirigido por Roger Sayer.

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