Música de fantasía

Tres piezas de fantasía, Schumann

¡Feliz jueves! Comenzábamos la semana con un compositor, Woldemar Bargiel, que casi era pariente de Robert Schumann, ¿te acuerdas? He decidido que por qué no terminarla precisamente con la obra de este gran maestro alemán. De vez en cuando viene a maravillarnos con su impresionante música, extremadamente romántica, aunque pueda parecer una tontería, siendo quien es. Hoy, una vez más, vamos a disfrutar de su obra.

Robert Schumann

Efectivamente, nos quedamos un rato en compañía de Robert Schumann (1810-1856), compositor alemán nacido en Zwickau. Es el maestro que representa más la quintaesencia del romanticismo. Aunque compuso sinfonías y un concierto para piano, no se sentía demasiado como pez en el agua con las grandes formas, y donde sobresalía más su arte era en la música de cámara, la música para piano y los lieder. Es precisamente en este género donde brilló especialmente, con una perfecta simbiosis entre poesía y música, epítome de su arte. Su padre, librero de profesión, le animó a dedicarse a la poesía, cose que empezó pero terminó siendo seducido por la música. Desde joven sufrió de intensos problemas mentales, lo que le llevó a frecuentes estados (románticos) de temor y fascinación. Su vida, algo disoluta y aficionada a la bebida tampoco contribuyó a la necesaria estabilidad mental. Destacó también como crítico musical, fundando la Neue Zeitschrift für Musik y siendo un defensor de la obra de Chopin. Muchos de sus artículos estaban firmados por sus alter egos: Florestán y Eusebius. Al final de su vida su salud se deterioró y, entre periodos de lucidez, murió probablemente de sífilis.

Disfrutemos de sus Drei Fantasiestücke, op. 73, composición de 1849 para clarinete y piano, aunque también pueden interpretarse con violín o chelo. Cada una de las tres piezas tiene un ambiente distinto, pero todas están unificadas armónicamente. Las tres están vinculadas con attacca, es decir, que deben interpretarse sin interrupción. La primera está marcada como Zart und mit Ausdruck, es decir, «Delicadamente y con expresión» y destaca por sus tresillos y figuras arpegiadas del clarinete, pasando desde la menor a mayor. La segunda es un intermedio con indicación Lebhaft, leicht («Alegre, ligero»). La sección central está dividida en dos partes, y se cierra con una coda muy bella. Termina este terceto con Rasch und mit Feuer («Rápido y con fuego») y comienza con un urgente fuerte. Siguen los tresillos y la melodía se hace más animada, hasta que llega la sección central más contrastante y luego una coda que pone un bello fin a esta obra poco conocida del maestro.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Sabine Meyer (clarinete) y Alexander Lonquich (piano).

Volver arriba