Suite brasileña

Suite brasileira, Levy

¡Feliz martes! Hoy te propongo un viaje musical a ese fascinante país sudamericano. Desde allí nos llegan siempre los más variados ritmos y muchos compositores han aprovechado eso para plasmarlo en su música. Nuestro maestro de hoy, que creo que nunca ha aparecido por aquí, va a maravillarnos con esa música de bella inspiración brasileña de primerísima mano.

Alexandre Levy

Se trata de Alexandre Levy (1864-1892), compositor brasileño nacido en São Paulo. Fue un maestro que recibió una gran influencia de Schumann y que murió prematuramente a los veintisiete años por lo que solo podemos vislumbrar lo que fue a partir de lo que nos ha quedado de él. Era además pianista y director de orquesta y tuvo la habilidad de fusionar con éxito la música brasileña con la más clásica tradición. Su padre era un comerciante francés que fundó una casa de música en São Paulo, y que pasó a formar parte de la vida musical de allí. Estudió piano con su hermano y luego con Giraudon, pianista de origen francés. Viajó a Europa y estudió con el mismo maestro, Durand, de Debussy. Todas esas influencias se las llevó de vuelva a Brasil y ahí comenzó a mostrar esa habilidad a la hora de fundir ambos estilos, que tanto éxito le dio. Podemos decir que él y Gomes son los predecesores de la auténtica música clásica brasileña.

Disfrutemos de su Suite Brasileira. Se trata de una obra compuesta en 1890 que forma parte de un grupo de obras nacionalistas salidas de su pluma durante ese año. Aunque es una obra nacionalista en su estado más puro, su primer movimiento, Prelúdio, tiene todas las influencias de la música europea con sonidos muy wagnerianos. Ese nacionalismo se pone de manifiesto en el segundo movimiento Dança rústica: Canção triste, y luego en el siguiente À beira do regato, idílio sentimental. El broche de oro, como no podía ser menos, lo pone una Samba. La obra está próxima a la samba rural en vez de a otras de las muchas que pueblan Brasil y que anticipa ritmos que luego retomaría Chiquinha Gonzaga.

La interpretación es de la Orquesta Sinfónica Brasileña dirigida por Alexandre de Souza Lima.

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