Una sorpresa de sinfonía



¡Feliz viernes! Otro fin de semana que llega, otra semana laboral (tal y como se conoce habitualmente) que se va. Espero que la hayas aprovechado y hayas disfrutado. A veces me gusta hacer juegos de palabras en los títulos de los post para mantener un poco la incertidumbre de qué voy a traer. Pero tengo que reconocer que hoy la cosa está bastante fácil, ¿no? Sí he querido recurrir hoy a una pieza famosa, llena de fuerza y que te encantará. ¡Te prometo que hoy vas a pasar un rato inolvidable!

En compañía de Joseph Haydn (1732-1809), compositor austríaco nacido en Rohrau. Es quien mejor sintetiza y aúna los logros alcanzados por la época clásica de composición. Es un compositor tan multifacético que hablar de lo que consiguió llevaría mucho tiempo. Pero quizá lo que más y mejor puede atribuírsele es el perfeccionamiento hasta cotas insospechadas de la forma sonata. La usó en cuartetos, sinfonías, conciertos y otras músicas instrumentales y en ellos dio muestra de ejemplos que pueden calificarse de inmortales. Esa dedicación por la sonata hizo que el terreno para otros grandes maestros que vendrían después, como Schubert, Mendelssohn o Brahms, estuviese abonado para que ellos compusiesen obras maestras. Haydn fue un compositor incansable y, por tanto, muy prolífico. Su creatividad casi no tenía límites por lo que las obras que nos legó son numerosísimas. Casi a finales del XVIII era considerado el compositor vivo más importante. Él, en su infinita modestia, otorgaba tal categoría a Mozart, a quienes unía una profunda amistad.

Disfrutemos hoy, en todos los sentidos, de la Sinfonía en Sol Mayor nº. 94 Hob. I:94. Es posible que no te diga mucho este título aunque quizá sí si te digo que es conocida como de la sorpresa. Tenemos a Haydn como maestro de capilla del príncipe Nicolás Esterházy. ¿Por qué el subtítulo? Por el segundo movimiento, que es como una especie de variaciones. La melodía casi se diluye hasta en silencio y de pronto estalla en un fuerte acorde. Hay varias teorías: una dice que con él Haydn dijo: «¡Esto hará que las señoritas salten!». Otra dice que quizá pensaba en esos señores que iban a los conciertos casi por echar el rato e incluso una siestecita. Así se despertarían. El primer movimiento se comienza de forma tranquila para ir evolucionando hacia un allegro más movido. El tercero es un minueto compuesto de forma algo agresivo y termina la pieza con una chispeante allegro, muy virtuoso, como en las otras doce sinfonías subtituladas «Londres».

La partitura de la sinfonía puedes descargarla aquí.

La interpretación es de la Orquesta del Siglo XVIII dirigida por Frans Brüggen.

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