Los cristianos somos “epifanía”, manifestación, del Amor de Jesús. Lo expresamos, no con vestidos lujosos, ni ceremonias encantadoras, ni con distinguidos clérigos, sino con obras-signos que ayudan a vivir humanamente: curar, alimentar, abrir los ojos, dar vida a los muertos... Pidamos vivir el proyecto de Jesús, diciendo: “queremos ser buenos hermanos de todos”.

Por la Iglesia:
- que su vida sean obras de ayuda humana;
- que manifieste el Amor de Dios como Jesús: curando, abriendo los ojos, dando esperanza...
Roguemos al Señor: “queremos ser buenos hermanos de todos”.

Por los servidores de las comunidades cristianas:
- que no se distingan por hábitos y ornamentos;
- que promuevan la fraternidad, la igualdad, la libertad...
Roguemos al Señor: “queremos ser buenos hermanos de todos”.

Por la reforma dela Iglesia:
- que se inspire en la vida de Jesús;
- que promueva comunidades fraternales asequibles.
Roguemos al Señor: “queremos ser buenos hermanos de todos”.

Por los misioneros:
- que sean testigos del amor de Jesús a todo ser humano;
- que tengan mucha fe en el Evangelio, en el Amor universal.
Roguemos al Señor: “queremos ser buenos hermanos de todos”.

Por los más débiles:
- que sean atendidos en sus necesidades;
- que el amor de Jesús les fortalezca y les ayude a caminar.
Roguemos al Señor: “queremos ser buenos hermanos de todos”.

Por esta celebración:
- que nos abra los ojos para descubrir el Amor de Dios a toda la humanidad;
- que nos sé a sentir su amor cercano, atento, humilde, sencillo...
Roguemos al Señor: “queremos ser buenos hermanos de todos”.

El amor es un don universal. Como Jesús queremos ser hermanos de todos. Por encima de cualquier ideología o religión. Bendice, Señor, nuestros deseos de bien. Que tu Espíritu-Amor nos acompañe siempre, por los siglos de los siglos.

Amén.

Rufo González