Abusos con los exámenes.

También ocurre otro abuso insólito. Hay colegios e institutos que no permiten que salgan copias de sus exámenes que ya se realizaron en el centro. Los motivos no los ignoro, y es que hay profesores que antes que inventar nuevos exámenes prefieren volver a poner de año en año esos mismos exámenes o ejercicios muy similares. En mi opinión los alumnos deberían contar en cada asignatura con un banco de exámenes de años anteriores, favorece muchísimo el estudio. ¿Qué les cuesta a estos profesores? Pues nada.
También existe otro abuso que debe ser corregido. Los alumnos no conocen en muchos exámenes el valor de las preguntas que están respondiendo. Hay profesores que se inventan los criterios de evaluación sobre la marcha, y así no sabes si cierta pregunta al profesor se le antojará que valga 2 puntos o 4 hasta que ha corregido los exámenes, con lo cual las notas son muy impredecibles.
Otro abuso que existe es que hay colegios e institutos, que proclamando su excelencia educativa (que podría asegurar por sus exámenes carecen de tal cosa), ponen exámenes que es imposible completarlos a un alumno en el tiempo facilitado. El resultado es como siempre no pocos suspensos, sino bastantes. Hay un colegio en Las Rozas que pone 10 preguntas a los alumnos para una hora en el examen cuando en la selectividad se ponen 5 preguntas y 90 minutos. Según ellos es para exigir más a los alumnos. Es un error esto. Los exámenes están para evaluar no para exigir. Si un profesor quiere exigir a sus alumnos que controle a diario que hacen las tareas, que fomente la participación en clase y que complete el temario en el tiempo previsto. Es muy fácil por parte de estos profesores exigir a los alumnos sin exigirse antes a ellos mismos y mejorar debidamente sus clases.
Otro abuso que me he encontrado es de profesores que acostumbran a poner ejercicios en los exámenes sin previamente haberlos hecho ellos. En ocasiones piden cosas que no existen, los alumnos se lían y los exámenes salen mal. En otras los enunciados están tan mal redactados o son tan abstractos, que provocan que muchos alumnos pierdan el tiempo.
Otro abuso consiste en que si durante el curso no enseñaron a los alumnos a pensar en su materia, en el examen se empeñen en que hagan tal cosa. Incluso hay quienes colocan en los exámenes preguntas sin tener en cuenta los conocimientos previos de un alumno en cursos anteriores. Si un alumno en 1º, 2º y 3º de la ESO no ha dado las tres alturas de un triángulo, no tiene sentido que le pidan calcular lo que nunca le han explicado. El caso es que tras comprobar su error estos profesores, optan por decir que así sus alumnos aprenden algo nuevo aunque suspendan. Yo si estoy a favor de aprender cosas nuevas en tus exámenes, pero si se opta por esto, hay que tener en cuenta que los alumnos tienen unos padres que están detrás, y que pueden hacer sufrir mucho a sus hijos, por lo que en mi opinión conviene hablar con los padres y poner nuevos exámenes de recuperación. Es muy desagradable y frustrante para muchos chavales suspender habiendo estudiado, y el abandono de una asignatura puede producirse cuando estos sienten que por mucho que estudien no conseguirán aprobar.
Por último, ya es ridículo que estando en pleno siglo XXI, con los colegios con ordenadores y casi un ordenador en cada domicilio. Con mil y un programas de edición de texto y de ecuaciones. Todavía podamos encontrarnos profesores que escriben a mano sus exámenes o que fotocopian páginas de ejercicios y libros, para luego cortando y pegando con tijeras y pegamento, lograr un examen más propio de una manualidad de educación primaria que de un profesional de la enseñanza. ¿Qué les pasa a estos profesores? ¿Tanto les cuesta abrir el Microsoft Word? Y luego la presentación, resulta ser demencial. No creo que deba evaluarse a los alumnos con el primer churro que a uno se le ocurra poner por examen. Tampoco tiene sentido dictar las preguntas o escribirlas en la pizarra como algunos hacen. Hay que entregarles una hoja con todo mecanografiado y debidamente bien presentado.