Por una ley de consenso en educación, sin dilación... ¿La escuela, un problema? No, es la solución

Menos politiqueo y más política educativa. Se trata de unir fuerzas, convicciones y potenciar lo que hace verdaderos ciudadanos con espíritu de comunión y compromiso para la humanidad. No olvidemos que la ecología integral comienza por volver a lo más humano y mucho de esto se cuece en la escuela, no hagan de ella un campo de batalla, porque está llamada a ser una verdadera mesa de comunión.

La “prota”: Paula y la oveja perdida

Ciudadanía, política y escuela

Sueño, como la inmensa mayoría de los españoles, con una ley de educación de consenso, plural, que esté pensada desde y por los alumnos, que una, anime y resuelva los problemas de la escuela hoy. Así lo deseaba y expresaba hoy en mi interior desde una vivencia sencilla y entrañable. Considero que los grandes problemas que se dirimen entre políticos, son eso, problema de políticos más que problemas de la “polis”. Los ciudadanos si saben y sienten los problemas verdaderos de la escuela y la educación y no andan de las batallas que se inventan otros por otros intereses.

No hay problemas normalmente en las escuelas, entre los padres, entre los maestros, entre los alumnos… hay una gran normalidad, en medio de problemas generales y transversales que son de un calado profundo y que requieren tratamiento integral, de cambio de paradigma educativo por estar viviendo un cambio de época. No es el problema de la religión en la escuela, ni de las actividades complementarias… las cuestiones candentes y fundamentales en la educación.

La familia, el colegio, la vida…

Hoy he participado en una actividad en un colegio concertado, en la relación familia con el aula, tienen programado en educación infantil, lo que ellos llaman la semana del “prota”. En esos días un niño es centro de atención entre sus compañeros y habla de él, de su vida, de sus familias, sus juegos, su casa, sus amigos, etc. Y en medio de la semana se hace una actividad que está programada por sus padres y pueden incorporar algún colaborador. Yo he estado de colaborador, el encuentro ha sido gracioso y agraciado, por lo menos para los que lo hemos preparado. El contenido muy sencillo: la parábola de la oveja perdida, encontrada y curada. La hemos visto, oído, cantado, dibujado, pegado… y al hilo de ella, hemos presentado la profesión de los padres de Paula que son enfermeros, lo que es una herida, cómo se limpia, cómo se cura, como se le pone una tirita…cómo no hay que tener miedo a las batas blancas que son nuestras amigas, ni a la jeringuilla que nos pone la vacuna porque es nuestro escudo. YO he sido relator, con mi traje de payaso que ya se va haciendo conocido y viejo, como yo, me he emocionado viendo cómo cantaban con alegría el “hola don Pepito, hola don José…”, todos querían tocarme y ponerse mi nariz y yo tan feliz¡ Vamos, que me han hecho protagonista, que no está nada mal para mi edad de abuelo.

La maestra, el aula, el colegio, el ideario.

Me ha impresionado el orden de la clase, las habilidades desarrolladas en ellos, su capacidad de organización y de colaboración, su seguridad en participación y expresión, sus ganas de aprender y su diálogo permanente, la confianza y apoyo en su maestra Marisa. Puedo asegurar que en cuarenta minutos he podido comprobar un nivel de programación, objetivos, desarrollo en el aula, admirables. Al mismo tiempo que una ilusión en los padres y una colaboración de lujo. Imagino que esto pasa en miles de aulas, en este caso educación infantil, con niños de cinco años. Es fundamental el estilo de escuela, el ideario de centro, el claustro, la familia, se trata de formar personas sabiendo que el centro de la educación, son ellos, esos pequeños alumnos, que ya necesitan una formación integral, en todas sus dimensiones, y para eso hacen falta todas las manos, no las que manipulan, sino las que potencian, acompañan, encienden, despiertan, y sobre todo los corazones de los que creen en la libertad y en la grandeza de cada ser humano en cada uno de estos pequeños.

La escuela, la humanidad, la comunidad.

Hoy he vuelto a oler la escuela desde abajo, con colores, dibujos, pegamento, algodón, cantos, vídeos…y sintiéndome abrazado por los veinticinco “pitufos” que todos estaban dispuestos a levantarme del suelo, porque yo ya mayor no podía sin su ayuda. Creo en la escuela y en la educación integral, no creo en los problemas que inventan los políticos en torno a la educación y que no tienen que ver nada con los verdaderos problemas que tienen las escuelas de nuestro país. Menos politiqueo y más política educativa. Se trata de unir fuerzas, convicciones y potenciar lo que hace verdaderos ciudadanos con espíritu de comunión y compromiso para la humanidad. No olvidemos que la ecología integral comienza por volver a lo más humano y mucho de esto se cuece en la escuela, no hagan de ella un campo de batalla, porque está llamada a ser una verdadera mesa de comunión.

José Moreno Losada.

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