¿Por qué se llama "padre" al sacerdote?
La pregunta me la han hecho varias veces hermanos protestantes aludiendo al texto de Mateo 23,9 que afirma:
"A Nadie en el mundo llamen "padre", porque no tienen sino uno, el Padre celestial"
Volvemos de nuevo al problema de tratar de leer la Escritura atándose al texto y olvidando el contexto, la intención del autor y la tradición de la Iglesia que son fundamentales, sin duda, a la hora de acercarnos a comprender la Palabra.
Si leemos otros textos de la Escritura observamos que varios autores se refieren a los miembros de sus comunidades como hijos, por lo tanto, asumiendo un rol de padre. Por ejemplo:
En I Pedro 5,13 se nos dice: "Os saluda la que está en Babilonia, elegida como vosotros, así como mi hijo Marcos". ¿Era acaso el evangelista Marcos el hijo biológico de Pedro? Sabemos que NO.
En 1Cor 4,15 Pablo escribe: "Pues aunque hayáis tenido diez mil pedagogos, en Cristo, no habéis tenido muchos padres. He sido yo que, por el evangelio, os engendré en Cristo Jesús" Pablo asume el rol de padre espiritual de la comunidad de Corinto.
El mismo Pablo en la carta a Filemón,10 se refiere a Onésimo como su hijo (no biológico sino espiritual): "Te ruego en favor de mi hijo, a quien engendré entre cadenas, Onésimo"
El propio San Juan en la I carta no cesa de llamar a sus discípulos "hijos":
"Os he escrito a vosotros, hijos míos, porque conocéis al Padre, Os he escrito, padres, porque conocéis al que es desde el principio". I Juan 2, 14
"Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis". I Juan 2,1
"Os escribo a vosotros, hijos míos" I Juan 2,12
"Hijos míos, es la última hora" I Juan 2:18
"Y ahora, hijos míos, permaneced en él" I Juan 2,28
"Hijos míos, que nadie os engañe" I Juan 3,7
Y así podríamos seguir poniendo ejemplos tanto del AT como del NT donde se nos habla del parentesco espiritual entre padre e hijo. Ese parentesco no es consecuencia de la biología sino fruto de la atención y cuidado espiritual.
Precisamente por ese motivo, al sacerdote, que tiene la misión de cuidar y alentar a su comunidad ejerce esa paternidad espiritual.
¿Cómo debemos entender entonces Mateo 23,9? ¡SIN OLVIDAR SU CONTEXTO!
En el capitulo 23, Jesús recrimina a quienes se "Autoerigen" en maestros, padres o doctores ante los demás.... Todo el capítulo 23 es una denuncia de esa soberbia con la que escribas y fariseos se convirtieron en jueces de su pueblo considerándose a si mismos como maestros, padres y doctores de la ley.
La paternidad espiritual no es algo que uno mismo pueda arrogarse sino que es el Señor el que envía y el que se sirve de unos para atender y cuidar a otros.
Cierto es que la paternidad espiritual no es algo exclusivo de los sacerdotes. A lo largo de la historia, la Iglesia se ha visto enriquecida por hombres y mujeres consagrados y laicos que han ejercido esa paternidad y maternidad espiritual enriqueciendo al pueblo de Dios.
De nuevo en este asunto como en tantos otros, la conclusión que debemos sacar es que no se puede ir al texto sin contemplar el contexto y la tradición de la Iglesia en su interpretación.
"A Nadie en el mundo llamen "padre", porque no tienen sino uno, el Padre celestial"
Volvemos de nuevo al problema de tratar de leer la Escritura atándose al texto y olvidando el contexto, la intención del autor y la tradición de la Iglesia que son fundamentales, sin duda, a la hora de acercarnos a comprender la Palabra.
Si leemos otros textos de la Escritura observamos que varios autores se refieren a los miembros de sus comunidades como hijos, por lo tanto, asumiendo un rol de padre. Por ejemplo:
En I Pedro 5,13 se nos dice: "Os saluda la que está en Babilonia, elegida como vosotros, así como mi hijo Marcos". ¿Era acaso el evangelista Marcos el hijo biológico de Pedro? Sabemos que NO.
En 1Cor 4,15 Pablo escribe: "Pues aunque hayáis tenido diez mil pedagogos, en Cristo, no habéis tenido muchos padres. He sido yo que, por el evangelio, os engendré en Cristo Jesús" Pablo asume el rol de padre espiritual de la comunidad de Corinto.
El mismo Pablo en la carta a Filemón,10 se refiere a Onésimo como su hijo (no biológico sino espiritual): "Te ruego en favor de mi hijo, a quien engendré entre cadenas, Onésimo"
El propio San Juan en la I carta no cesa de llamar a sus discípulos "hijos":
"Os he escrito a vosotros, hijos míos, porque conocéis al Padre, Os he escrito, padres, porque conocéis al que es desde el principio". I Juan 2, 14
"Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis". I Juan 2,1
"Os escribo a vosotros, hijos míos" I Juan 2,12
"Hijos míos, es la última hora" I Juan 2:18
"Y ahora, hijos míos, permaneced en él" I Juan 2,28
"Hijos míos, que nadie os engañe" I Juan 3,7
Y así podríamos seguir poniendo ejemplos tanto del AT como del NT donde se nos habla del parentesco espiritual entre padre e hijo. Ese parentesco no es consecuencia de la biología sino fruto de la atención y cuidado espiritual.
Precisamente por ese motivo, al sacerdote, que tiene la misión de cuidar y alentar a su comunidad ejerce esa paternidad espiritual.
¿Cómo debemos entender entonces Mateo 23,9? ¡SIN OLVIDAR SU CONTEXTO!
En el capitulo 23, Jesús recrimina a quienes se "Autoerigen" en maestros, padres o doctores ante los demás.... Todo el capítulo 23 es una denuncia de esa soberbia con la que escribas y fariseos se convirtieron en jueces de su pueblo considerándose a si mismos como maestros, padres y doctores de la ley.
La paternidad espiritual no es algo que uno mismo pueda arrogarse sino que es el Señor el que envía y el que se sirve de unos para atender y cuidar a otros.
Cierto es que la paternidad espiritual no es algo exclusivo de los sacerdotes. A lo largo de la historia, la Iglesia se ha visto enriquecida por hombres y mujeres consagrados y laicos que han ejercido esa paternidad y maternidad espiritual enriqueciendo al pueblo de Dios.
De nuevo en este asunto como en tantos otros, la conclusión que debemos sacar es que no se puede ir al texto sin contemplar el contexto y la tradición de la Iglesia en su interpretación.