Santa María educadora de Dios

Los de arriba: capitalistas, políticos, eclesiásticos, etc., hablan mucho de paz, pero no de justicia porque hablar de paz les suena bien a los de arriba y a los ingenuos de abajo, pero hablar de justicia suena mal a los de arriba porque abre los ojos a los de abajo.

Lucas 2,16-21:

Los pastores fueron corriendo y encontraron o María y a José y al Niño acostado en el pesebre. Al verlo, les contaron lo que habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, medi­tándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y ala­banza a Dios por lo que habían visto y oído, todo corno les habían dicho.
Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.



1.-María educadora de Dios: Afirmamos que María es Madre de Dios porque es Madre de Jesucristo.

De Dios pensamos y afirmamos muchas cosas, pero lo que realmente sabemos de El es lo que nos enseñó Jesucristo con sus hechos y sus palabras. Dios se nos hizo presente en Jesús.



¿Cómo era Jesús? Leyendo el Evangelio lo vemos muy claro. Jesús es todo amor, bondad, comprensión, amistad, cercanía, justicia, fraternidad, vida, paz, salud, ánimo, ilusión, alegría, luz, valor, lucha, esfuerzo; Jesús es predilección por lo pobre, lo pequeño, lo desvalido, lo marginado, lo despreciado; Jesús es todo deseo de calmar el sufrimiento, la enfermedad, la tristeza, el dolor, el hambre, las lágrimas, el vacío, la soledad; Jesús es horizonte de futuro, de plenitud, de felicidad, de vida para siempre. Todo eso es Jesús, todo eso es Dios. Leyendo los Evangelios vamos comprobando cómo todo eso es Jesús.



¿Quién educó a Jesús para ser así? Sin duda fue María, su Madre, que sembró progresivamente en El, según iba creciendo, la base y el fundamento para que llegase a ser algo tan normal, tan natural, tan lógico y tan maravilloso. Por tanto, Jesús como María merecen nuestra total admiración y gratitud, y se lo demostraremos luchando cada vez más por parecernos más y más a El y a Ella.



2.-Eduquemos a nuestros hijos: Como educó María Jesús eduquemos así a nuestros hijos para sean como Jesús y como María. De esta manera les daremos a ellos y al mundo lo mejor, la más grande herencia, el don más valioso para su felicidad y el bien de la humanidad.



Pero ¿lo estamos haciendo así?



Parece que no, pues nos decían estos días las personas responsables de una institución benéfica que da comida y cena todos los días a más de 200 personas, que les ofrecen de primer planto dos a escoger, y algunos se quejan porque no les afrecen más variedad: ¿"cómo no tenéis mas variedad, como tenéis solo dos cosas?



En otra institución que reparte alimentos también se quejan algunas personas de esta manera: "¿por qué no tenéis también carne y pescado? Todas las semanas tenéis lo mismo: arroz, lentejas, garbanzos, hablas, leche, yogures. ¿Por qué no tenéis nevera para darnos otras cosas?". Comentaba una voluntaria: "Algunas usuarias, despues de recoger grandes bolsadas aún piden que les paguemos un taxi poara llevarlas a casa, que cómo van a ir en el autobús con todas esas bolsas".



¿Tiene algo de educación lo que llamamos "educación? ¿Acaso solo transmitimos conocimientos pero no formamos personas? Lo que el neolibaralismo llama "educación" no pasa de ser una simple instrucción para saber cosas, para tener conocimientos, la cabeza del alumno no pasa de ser como un cajón donde metemos cosas, pero no un ser humano que formamos integramente para la vida. No formamos personas que piensen, que reflexionen, que analicen. Estas personas no le interesan al neoliberalismo, porque solo quiere objetos humanos obsesionados por tener para que consuman cada vez más, y no personas para ser, es decir, personas para ser justas, ser honradas, ser responsables, ser conscientes, ser libres, ser independientes.



NOTA.-Pablo VI estableció el 1 de enero como Día Mundial de la Paz. Unos excelentes amigos de Guatemala emiten todas las semanas por radio una excelentre presentación del Evangelio de cada domingo. En todos sus comunicados terminan siempre con estas palabras:



Los de arriba: capitalistas, políticos, eclesiásticos, etc., hablan mucho de paz, pero no de justicia, porque hablar de paz les suena bien a los de arriba y a los ingenuos de abajo, pero hablar de justicia suena mal a los de arriba porque abre los ojos a los de abajo.



Nosotros añadimos lo evidente: sin justicia es imposible la paz.



Feliz Año Nuevo a tod@s.-Faustino
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