Lenguaje del silencio (y Vivencias y convivencias 30)
Los occidentales hablamos demasiado del silencio, los orientales silencian demasiado la palabra. El silencio sería redondo y nocturno, por su parte el verbo sería diurno y definido o definidor. En nuestro G.Lorca el silencio tiene algo de música callada, y la palabra tiene algo de ruido:
El silencio redondo de la noche
sobre el pentagrama del infinito.
Desde mi perspectiva el silencio sería espacial y espacioso (implicativo), mientras que el lenguaje sería temporal y tempestuoso (explicativo). Pero en verdad el silencio no se opone propiamente al lenguaje (articulado) sino al ruido (desarticulado), de modo que el lenguaje circula entre el silencio y el ruido, lo nocturno y lo diurno, lo implicativo o implícito y lo explicativo o explícito. En realidad el sonido, que es el ruido del lenguaje, sobra cuando la propia realidad habla vivencial o experiencialmente; por eso no hay nada que decir o añadir cuando la realidad se explica a través de su realización. Ortega y Gasset pudo hablar al respecto de la expresión como fenómeno cósmico.
En mi poema “Nada que decir” la humedad del invierno reviene no solo las cosas sino el propio lenguaje, lo cual obliga a un cierto silencio. La vida ya está dicha, incluida su dicha y su desdicha, y el poeta no quiere añadir más ruido a la ruda expresión de las cosas. El ser recubierto por el moho de la nada ya no precisa de más precisiones lingüísticas o semánticas, dada su imprecisión existencial. La bruma de la existencia abruma al hombre hasta abocarlo a la reticencia. El mundo yace mudo y callado, encallado y un tanto canalla, enmohecido y enmudecido, pero muy expresivo. Nada que decir quiere decirlo todo a través de la nada silenciosa.
NADA QUE DECIR
Oscuros cormoranes me reciben
sobre la lábil pátina del río
desplegando alguno sus alas
en saludo agorero.
El día es húmedo y la bruma
aquí llamada boira
reviene por dentro y por fuera
a seres y enseres
minerales vegetales y animales
hombres y mujeres
viviendas y coches
cuerpos y almas.
Nada que añadir a la humedad
ambiente
nada que decir de la realidad brumosa
abrumada encapotada
solo hay un difuso sentimiento de otoño
coño
y de invierno infierno.
Gente en silencio introvertida
en esta tierra extrovertida
nada que decir ni hacer un viejo
salvo acercarse cauto al Ebro
tomarse un capuchino y un churro
siempre tan churrigueresco.
La vida ya está dicha y redicha
en su dicha y desdicha
no quiero añadir más ruido al ruido
sordo de los coches atrapados
por la meteorología
y su caparazón impenetrable.
Solo se oye al fondo el trajinar de unos
tractores
en huelga de agricultores cabreados
por la intemperie atmosférica y política.
Nada que decir nada que hacer
salvo despertar del sueño hipnótico
y escribir desbarrando y borrando
lo escrito.
El correo electrónico confirma
que no hay nada
nada que decir nada que hacer
nada que añadir a este día
tan gris.
Si acaso un like para dormir
sobre la cama de la bruma
y sobre la almohada de la nada.
Ayer todo cantaba todo reía
entre el sol y la tierra bravía:
hoy todo calla y encalla
todo está mudo o enmudecido
enmohecido
todo está yerto: mañana será otro
día.
En mi otro poema “Silencio”, el silencio se exhibe ya no enmohecido y enmudecido, sino turgente y veritativo, frente a la alcahuetería ambiente. Aquí el silencio recobra su aura solar o dorada, abandonando su humedad nocturna y lunar, pero permaneciendo como el trasfondo quieto de un lenguaje silente cuasi sagrado, por cuanto aún no o ya no profanado. El silencio deviene así la voz esencial del alma:
EL SILENCIO
El silencio es oro
oro labrado
y yo estafado.
El silencio es sabio
sabio veraz
y yo tan locuaz.
El silencio es redondo
redondo y pleno
y yo escaleno.
El silencio es amor
amor larvado
y yo enervado.
El silencio es dolor
dolor maduro
y yo inmaduro.
El silencio es verdad
verdad latente
y yo patente.
El silencio es sagrado
sagrado gesto
y yo protesto.
El silencio es un medio
medio sagaz
y yo pertinaz.
El silencio es sereno
sereno estado
y yo alienado.
El silencio es vivir
vivir dispuesto
y yo traspuesto.
El silencio es un rezo
un rezo abierto
y yo a cubierto.
El silencio es un bien
un bien interno
y yo me externo.
(El silencio es capaz
capaz de hablar
y yo a callar).
La clave de una auténtica filosofía está en fundar y proyectar un lenguaje capaz de implicar en el tiempo y su tempestad el espacio del silencio, diciendo lo no-dicho y aun indecible. De ahí el recurso ineludible al simbolismo, la aforística y la poemática. Son modos de apalabrar el silencio, de decir lo acallado y de expresar o exponer lo encallado, exponiéndose lingüísticamente.
El lenguaje es pues logos (dicción), el silencio es mito o mythos (condicción). El auténtico lenguaje filosófico es hermenéutico, ya que expone la dicción de la condicción, el logos del mythos (mito), la expresión de la impresión del sentido: el relato fundamental de una relación fundacional.
En el lenguaje habla el hombre, en el silencio habla quedo el ser. Mientras que el lenguaje dice nuestro consenso, el silencio parece decir asentimiento o consentimiento (tacere consentire videtur). Y ello porque el lenguaje es la estructura o el espejo de la vida, mientras que el silencio es su urdimbre existencial.
VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS 30
---La gente baja su cabeza humillada ante Dios: yo prefiero levantarla para elevarme humanamente.
---El amor es frágil o débil: amar es tener debilidad por alguien.
--- Hegel o Teilhard visionan la realidad como una espiritualización progresiva: por su parte la física visiona la realidad como un sistema simbólico.
---El proceso de espiritualización de lo real como proceso de animación: animismo, interiorización, simbolización.
---El sentido dice trascendencia inmanente: lo divino encarnado en lo humano.
---El mal radical como bien radical: la muerte.
---La modernidad oscila entre la duda de Hamlet y la duda descartada por la certeza de Descartes.
---La vida está en otra parte (Rimbaud): la vida no es meramente exterior sino interior, no es mera inmanencia sino trascendencia.
---La barbarie de la literalidad (J. Cercas): la letra con sangre entra, pero el espíritu sale liberado.
---Yo no escribo ficción: bastante ficción es ya la escritura.
---El mudéjar como diálogo de la tierra y el agua: y su cocción.
---La muerte dice no a toda metáfora (Y.Bonnefoy): pero no necesariamente al simbolismo.
---La muerte no es metafórica sino real: pero es de una realidad simbólica (surreal).
---La metáfora es vital, pero el símbolo es existencial: vital y mortal.
---La muerte no es metáfora de nada: pero es el símbolo de la nada.
---La muerte acaba con toda metáfora o superación: porque es una catáfora o supuración (simbólico-real).
---Qué asir sino lo que se escapa (Y. Bonnefoy): el símbolo de la muerte que se escapa.
---Murió de una enfermedad mortal: como todos.
---Yo soy yo y mis accidentes.
---El tonto quiere que seas como él: el listo no.
---Coger el rábano por las hojas es quedarse con el rabo.
---Las puertas y ventanas se envanan como se envanan o envanecen los hombres: por hinchazón o inflación.
---Portugal gana la Eurocopa: Cristiano el (anti)héroe lesionado del sufrido equipo lusitano.
---En Aragón san Jorge abre con su lanza las venas o vetas acuáticas del dragón telúrico para irrigar la tierra reseca: san Jorge es así el danzante que baila la tierra para fertilizarla o fecundarla.
---Me he ofrendado a la cultura: no tenía otra salida para escapar a la naturaleza.
---Como dice el viejo cofrade Armando Rojas, el dios de la intemperie proyecta otra sed: otra sed que no sacian las formas ni el lenguaje.
---La columna de la Virgen del Pilar está recubierta de plata lunar, mientras que la corona de la Virgen es de oro solar: en medio destaca su imagen oscura.
---Envío mis escritos por la red para consuelo de amigos, desconsuelo de enemigos y despiste de desconocidos: como divertimento cultural.
El silencio redondo de la noche
sobre el pentagrama del infinito.
Desde mi perspectiva el silencio sería espacial y espacioso (implicativo), mientras que el lenguaje sería temporal y tempestuoso (explicativo). Pero en verdad el silencio no se opone propiamente al lenguaje (articulado) sino al ruido (desarticulado), de modo que el lenguaje circula entre el silencio y el ruido, lo nocturno y lo diurno, lo implicativo o implícito y lo explicativo o explícito. En realidad el sonido, que es el ruido del lenguaje, sobra cuando la propia realidad habla vivencial o experiencialmente; por eso no hay nada que decir o añadir cuando la realidad se explica a través de su realización. Ortega y Gasset pudo hablar al respecto de la expresión como fenómeno cósmico.
En mi poema “Nada que decir” la humedad del invierno reviene no solo las cosas sino el propio lenguaje, lo cual obliga a un cierto silencio. La vida ya está dicha, incluida su dicha y su desdicha, y el poeta no quiere añadir más ruido a la ruda expresión de las cosas. El ser recubierto por el moho de la nada ya no precisa de más precisiones lingüísticas o semánticas, dada su imprecisión existencial. La bruma de la existencia abruma al hombre hasta abocarlo a la reticencia. El mundo yace mudo y callado, encallado y un tanto canalla, enmohecido y enmudecido, pero muy expresivo. Nada que decir quiere decirlo todo a través de la nada silenciosa.
NADA QUE DECIR
Oscuros cormoranes me reciben
sobre la lábil pátina del río
desplegando alguno sus alas
en saludo agorero.
El día es húmedo y la bruma
aquí llamada boira
reviene por dentro y por fuera
a seres y enseres
minerales vegetales y animales
hombres y mujeres
viviendas y coches
cuerpos y almas.
Nada que añadir a la humedad
ambiente
nada que decir de la realidad brumosa
abrumada encapotada
solo hay un difuso sentimiento de otoño
coño
y de invierno infierno.
Gente en silencio introvertida
en esta tierra extrovertida
nada que decir ni hacer un viejo
salvo acercarse cauto al Ebro
tomarse un capuchino y un churro
siempre tan churrigueresco.
La vida ya está dicha y redicha
en su dicha y desdicha
no quiero añadir más ruido al ruido
sordo de los coches atrapados
por la meteorología
y su caparazón impenetrable.
Solo se oye al fondo el trajinar de unos
tractores
en huelga de agricultores cabreados
por la intemperie atmosférica y política.
Nada que decir nada que hacer
salvo despertar del sueño hipnótico
y escribir desbarrando y borrando
lo escrito.
El correo electrónico confirma
que no hay nada
nada que decir nada que hacer
nada que añadir a este día
tan gris.
Si acaso un like para dormir
sobre la cama de la bruma
y sobre la almohada de la nada.
Ayer todo cantaba todo reía
entre el sol y la tierra bravía:
hoy todo calla y encalla
todo está mudo o enmudecido
enmohecido
todo está yerto: mañana será otro
día.
En mi otro poema “Silencio”, el silencio se exhibe ya no enmohecido y enmudecido, sino turgente y veritativo, frente a la alcahuetería ambiente. Aquí el silencio recobra su aura solar o dorada, abandonando su humedad nocturna y lunar, pero permaneciendo como el trasfondo quieto de un lenguaje silente cuasi sagrado, por cuanto aún no o ya no profanado. El silencio deviene así la voz esencial del alma:
EL SILENCIO
El silencio es oro
oro labrado
y yo estafado.
El silencio es sabio
sabio veraz
y yo tan locuaz.
El silencio es redondo
redondo y pleno
y yo escaleno.
El silencio es amor
amor larvado
y yo enervado.
El silencio es dolor
dolor maduro
y yo inmaduro.
El silencio es verdad
verdad latente
y yo patente.
El silencio es sagrado
sagrado gesto
y yo protesto.
El silencio es un medio
medio sagaz
y yo pertinaz.
El silencio es sereno
sereno estado
y yo alienado.
El silencio es vivir
vivir dispuesto
y yo traspuesto.
El silencio es un rezo
un rezo abierto
y yo a cubierto.
El silencio es un bien
un bien interno
y yo me externo.
(El silencio es capaz
capaz de hablar
y yo a callar).
La clave de una auténtica filosofía está en fundar y proyectar un lenguaje capaz de implicar en el tiempo y su tempestad el espacio del silencio, diciendo lo no-dicho y aun indecible. De ahí el recurso ineludible al simbolismo, la aforística y la poemática. Son modos de apalabrar el silencio, de decir lo acallado y de expresar o exponer lo encallado, exponiéndose lingüísticamente.
El lenguaje es pues logos (dicción), el silencio es mito o mythos (condicción). El auténtico lenguaje filosófico es hermenéutico, ya que expone la dicción de la condicción, el logos del mythos (mito), la expresión de la impresión del sentido: el relato fundamental de una relación fundacional.
En el lenguaje habla el hombre, en el silencio habla quedo el ser. Mientras que el lenguaje dice nuestro consenso, el silencio parece decir asentimiento o consentimiento (tacere consentire videtur). Y ello porque el lenguaje es la estructura o el espejo de la vida, mientras que el silencio es su urdimbre existencial.
VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS 30
---La gente baja su cabeza humillada ante Dios: yo prefiero levantarla para elevarme humanamente.
---El amor es frágil o débil: amar es tener debilidad por alguien.
--- Hegel o Teilhard visionan la realidad como una espiritualización progresiva: por su parte la física visiona la realidad como un sistema simbólico.
---El proceso de espiritualización de lo real como proceso de animación: animismo, interiorización, simbolización.
---El sentido dice trascendencia inmanente: lo divino encarnado en lo humano.
---El mal radical como bien radical: la muerte.
---La modernidad oscila entre la duda de Hamlet y la duda descartada por la certeza de Descartes.
---La vida está en otra parte (Rimbaud): la vida no es meramente exterior sino interior, no es mera inmanencia sino trascendencia.
---La barbarie de la literalidad (J. Cercas): la letra con sangre entra, pero el espíritu sale liberado.
---Yo no escribo ficción: bastante ficción es ya la escritura.
---El mudéjar como diálogo de la tierra y el agua: y su cocción.
---La muerte dice no a toda metáfora (Y.Bonnefoy): pero no necesariamente al simbolismo.
---La muerte no es metafórica sino real: pero es de una realidad simbólica (surreal).
---La metáfora es vital, pero el símbolo es existencial: vital y mortal.
---La muerte no es metáfora de nada: pero es el símbolo de la nada.
---La muerte acaba con toda metáfora o superación: porque es una catáfora o supuración (simbólico-real).
---Qué asir sino lo que se escapa (Y. Bonnefoy): el símbolo de la muerte que se escapa.
---Murió de una enfermedad mortal: como todos.
---Yo soy yo y mis accidentes.
---El tonto quiere que seas como él: el listo no.
---Coger el rábano por las hojas es quedarse con el rabo.
---Las puertas y ventanas se envanan como se envanan o envanecen los hombres: por hinchazón o inflación.
---Portugal gana la Eurocopa: Cristiano el (anti)héroe lesionado del sufrido equipo lusitano.
---En Aragón san Jorge abre con su lanza las venas o vetas acuáticas del dragón telúrico para irrigar la tierra reseca: san Jorge es así el danzante que baila la tierra para fertilizarla o fecundarla.
---Me he ofrendado a la cultura: no tenía otra salida para escapar a la naturaleza.
---Como dice el viejo cofrade Armando Rojas, el dios de la intemperie proyecta otra sed: otra sed que no sacian las formas ni el lenguaje.
---La columna de la Virgen del Pilar está recubierta de plata lunar, mientras que la corona de la Virgen es de oro solar: en medio destaca su imagen oscura.
---Envío mis escritos por la red para consuelo de amigos, desconsuelo de enemigos y despiste de desconocidos: como divertimento cultural.