Toda institución tiene su "edad del hastío"

¿Qué queda de tanta discusión doctrinal que desde los mismos orígenes, desde comienzos de la Iglesia se generaron en su seno?

Ya hace tiempo que ésta dijo adiós a las discusiones dogmáticas reiteradas en distintos siglos. Hoy, cuando alguien se ha atrevido a poner en solfa algo de lo mucho que chirría en el credo "crédulo", rápidamente el papa de turno o el obispo celoso de la ortoxia (¿?) han puesto al osado en su sitio con el óstrakon oportuno.

En sus inicios la Iglesia no tenía ni idea ni de su propia esencia ni siquiera de su propio fundador más allá de los discurso moralizantes; se fue definiendo poco a poco dejando jirones de sí misma aquí y allá. ¿No les hace pensar a los creyentes este hecho, que se supiera lo que es su religión por entregas? ¿O que la doctrina esencial de lo que es la Iglesia se deba a un converso que no conoció ni trató al fundador? ¿Y la doctrina del resto de los Apóstoles, los verdaderos, dónde quedó?

¿Y qué es hoy más allá de una bien engrasada burocracia centrada más o menos en cómo y cuándo rezar el rosario o salir en procesión? Pura subsistencia.

Recordemos algunas controversias que llegaron a provocar cismas y hasta enfrentamientos fratricidas. Algunos de estos puntos en discusión han llenado la mitad de la Historia de la Iglesia. ¡Cuánta energía perdida, cuánto dolor producido, incluso cuánta sangre vertida!

•judíos y gentiles, nudo gordiano que Pablo de Tarso desató.

•sobre la Trinidad y la relación de las Personas entre sí. Recuérdese el “Filioque” ("que procede del Padre Y del Hijo")

•sobre la naturaleza de Cristo: cristología pobre (apóstoles judíos), cristología rica (Pablo de
Tarso) etc. etc.

•el problema iconoclasta

•sobre la eucaristía y la transustanciación

•sobre el alma: ¿preexistente, no preexistente; creada no creada?

•sobre el libre albedrío

•sobre la predestinación

•sobre la virgen in partu y post partum, María madre de Dios o no, María madre de la Iglesia, María intercesora, con pecado original sin pecado original...



¿Cuándo comenzó a declinar tanta verborrea improductiva? Podría ser con la crisis intelectual, cuando el nominalismo tumbó las doctrinas aristotélicas. Podría ser con el humanismo que puso en un brete los postulados teocéntricos. Podría ser por el cansancio y el aburrimiento, cuando comenzó a suceder lo que ahora sucede, que todo eso no interesa a nadie.

Cuando se inventa algo que no tiene fundamento en la realidad, todo salta en pedazos a la mínima controversia: así, nada está claro desde el principio y la doctrina se va definiendo con el tiempo. Decir que las fuentes de la fe son la Escritura y la Tradición, es hacer de la necesidad virtud. Porque, ahora, ¿quién se cuestiona algo de eso? Nadie. ¿Es porque las cosas están claras? No: la Iglesia se ha quedado con un Cristo humano y divino, humano para satisfacer sensibilidades a flor de piel y divino para poder decir que el cristianismo es religión (¿“la” religión o una religión”más”?)
Volver arriba