¿Cuáles son nuestros ídolos?

Alabad
El salmo 134 es una invitación a los que habitan en la casa del Señor, a que le alaben por sus inmensas bondades:“Alabad al Señor, porque es bueno, tañed para su nombre que es amable” (v 3).El Dios de Israel es un Dios poderoso, sus deseos siempre se cumplen:“El Señor todo lo que quiere lo hace en el cielo y en la tierra, en los mares y en los océanos” (v 6).

Pasa luego a recordar las plagas de Egipto que asolaron a este país por la tozudez del Faraón en no dejar salir a los israelitas: “Envió signos y prodigios –en medio de ti Egipto-contra el Faraón y sus ministros” (v 9). Desprecia el autor del salmo las creencias de los paganos que adoran a dioses miopes, mudos, sordos, sin aliento, que ellos mismos han hecho: “Los ídolos de los gentiles son oro y plata, hechura de manos humanas: tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven, tienen orejas y no oyen, no hay aliento en sus bocas. Sean lo mismo los que los hacen y cuantos confían en ellos” (v 15-18).

También nosotros podemos burlarnos de los que confían en ídolos, pero preguntémonos si nosotros no tenemos por ahí algún ídolo en el cual confiamos más que en el Dios vivo. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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