Te seguiré, Señor

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En alguna etapa de nuestra existencia, nos llega el momento de elegir un camino, o bien de tomar una opción de vida. Hoy hablé con una sobrina de ocho años y me dijo: “Tita, yo no seré monja”. El que me dijera eso me cogió de sorpresa y me reí, pero también hace unos años yo decía lo mismo “yo no seré monja” y ahora camino con el Señor, así que nunca digas de esta agua no beberé. Quizás tengamos claro que no será nuestra opción de vida pero también Dios nos sorprende cuando menos lo esperamos o mejor dicho, creo que cuando es el momento para responderle: “Te seguiré, Señor”. Es poner la mirada en Alguien que te habla al corazón, que toca tu vida y confías desde ese primer encuentro con Él, en vivirla cada día de tu existencia a su lado, es confiar en quien te ha llamado. Es tener la mirada puesta en el horizonte de Dios, su Amor y proyecto de vida en su seguimiento va más allá incluso del mar que puedes contemplar ante tus ojos, es un nadar hacia la vida eterna.

Hoy en día, es una realidad palpable que cuesta el compromiso a largo plazo, ¿para toda la vida? También es una realidad la falta de vocaciones, los números disminuyen pero confío en que el Señor nos saque de números rojos si se da el caso. Me gustaría mirar hacia atrás y ver a jóvenes entrar en mi Congregación. Cada uno barre para su casa porque es lo que conoce y ama, pero lo importante de verdad, sería ver a jóvenes que no tuvieran miedo a poner sus vidas en manos del Señor, tanto en la vida sacerdotal como religiosa o contemplativa, a decirle “Te seguiré, Señor”. A confiar en la persona de Jesús de Nazaret, nuestro camino, verdad y vida.

“…Si buscas por dónde has de ir, agárrate a Cristo, puesto que él mismo es el camino: es el camino, síguele… Si buscas a dónde debes ir, únete a Cristo, porque él en persona es la verdad a la cual deseamos llegar: Es la verdad que mi boca medita. Si buscas dónde debes permanecer, únete a Cristo, porque él en persona es la vida: El que me encuentre encontrará la vida. “(Santo Tomas de Aquino)


Texto: Hna. Ana Isabel Pérez
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