Cuando comprar el pan nuestro de cada día es un derecho a proteger.

Un gesto tan cotidiano y normal como “hacer la compra” puede convertirse en un problema e incluso en un drama. Cubrir las necesidades básicas de una familia en alimentación e higiene, y hacerlo salvaguardando la dignidad de las personas y huyendo de actitudes paternalistas, es el objetivo fundamental de las Despensas y Economatos Solidarios que durante los días 4 y 5 de octubre celebraron su Primer Congreso Nacional.



La iniciativa partió del Programa Berakah, que es la dimensión caritativa de la Unidad Pastoral del Casco Viejo de la ciudad de Vitoria-Gasteiz. Entre sus proyectos Berakah cuenta desde hace dos años con un economato solidario, Tabgha, que asociado al grupo de supermercados COVIRAN, posibilita que unas 200 familias puedan hacer la compra beneficiándose de unos descuentos personalizados.

Berakah hizo un llamamiento a diversos economatos repartidos por las diócesis españolas y al Congreso acudieron experiencias llegadas desde Huelva, Valencia, Hellín (Albacete), Huesca, Girona, Guadalajara Santander, Badajoz, Cartagena, Lorca, Torrevieja. Alicante, y Segovia. También se hicieron presentes una delegación de la diócesis de Bilbao donde están trabajando la puesta en marcha de un futuro economato.
Fidel Molina, diácono permanente y coordinador del Programa Berakah recoge las conclusiones más destacadas de este Congreso: “Este Congreso nos ha servido para reafirmarnos en que nos queda mucho por hacer porque hay mucha gente que nos necesita. Por otro lado consideramos importante crear una red de economatos solidarios en todo el Estado y vamos a intentar que este congreso se repita de forma bianual.”
Entre los invitados al Congreso se encontraba el ex – alcalde de la capital vasca, José Ángel Cuerda, quien en su intervención dijo: “Ante una continua fragilización del estado social es preciso establecer unas prioridades políticas que universalicen de verdad todos los derechos sociales sin discriminaciones. Las políticas sociales no pueden ser un mero asistencialismo sino un auténtico compromiso con la igualdad. No son un simple gasto, son una inversión esencial para la cohesión social. Ser solidario es transformar las fronteras que nos separan en caminos por los que avanzar juntos.”

El nacimiento de los economatos presentes en el Congreso es de lo más dispar. Así, el que podría considerarse el decano de los economatos es el de La Cocina Económica de Santander, una institución centenaria que funciona desde sus orígenes de la mano de las Hijas de la Caridad y que puso en marcha oficialmente un economato en 1936; el caso de Huelva tiene sus orígenes en una iniciativa solidaria ideada por un grupo de matrimonios que como recuerda Manuel, uno de los fundadores, “creíamos que el Evangelio estaba a pie de calle”. Posteriormente contó con el apoyo de Caritas y hoy reconocen con orgullo, “tiene una trayectoria ya de 16 años”; en la Diócesis de Valencia Cáritas ha sido la creadora de una red de economatos, en su mayoría parroquiales y tras 30 años son actualmente 50 los economatos que funcionan en toda la Diócesis; la localidad murciana de Lorca se sumó al carro de los economatos a raíz del terremoto que asoló esta población el 11 de mayo de 2011, y del que aún hoy permanecen muchos de sus efectos. Cáritas española dotó de un amplio local y aportó un primer empujón a este economato que han dado por nombre Mambré y que cuenta con buen sistema informático de gestión. Uno de los responsables del Economato, Lázaro, comenta cómo: “hasta este año el economato se centraba en las familias afectadas por el terremoto, a partir de este curso familias afectadas por la crisis y que no fueron afectadas por el terremoto han comenzado a ser usuarias de este servicio”; Los responsables del economato solidario en Cartagena valoran muy especialmente la implicación de las cofradías penitenciales en el proyecto que han dado de nombre “Los Panes y Los Peces”. Antonio, portavoz de la delegación de Cartajena, recuerda que “este economato viene funcionando desde el 2010 y forma parte, como en otras diócesis, de un programa más amplio de atención integral de Cáritas a los necesitados. El primer proyecto, relacionado con el reciclaje de la ropa, fue “Óvolo” y hace un año inauguramos el comedor social Jesús Maestro y Pastor”.

Si bien Cáritas está detrás de la mayoría de los economatos existentes en España, hay casos en los que esta institución de la Iglesia no participa, ejemplo de ello son Huesca, Torrevieja, Badajoz y Vitoria-Gasteiz: El Economato de Huesca es una iniciativa de los Hermanos de la Cruz Blanca; el de Torrevieja se creó de la mano de la Asociación de discapacitados AMFA; el de Badajoz es un caso singular ya que parte de la iniciativa particular de una mujer, Mercedes, y el arropo de su familia; y el de Vitoria-Gasteiz nace dentro del Programa Berakah.


Un poco de Historia.
Los economatos son establecimientos con productos de alimentación e higiene que se ofrecen a un precio más reducido que el de los mercados habituales y destinados a personas que pertenecen a un mismo colectivo: obreros de una empresa, presos de la misma cárcel, militares u otros colectivos.

Su origen se remonta al proceso de industrialización que se extendió por Europa durante el siglo XIX. Hoy en España han ido desapareciendo hasta quedar reducidos a los locales que llevan este nombre y dependen de algunas organizaciones no gubernamentales, confesiones religiosas y hasta grupos políticos y sindicales minoritarios que reparten alimentos a colectivos afectados por la pobreza, en otros países la cosa es muy diferente. Por ejemplo, todas las bases del ejército estadounidense los tienen desde 1862 y allí se consideran como un derecho intrínseco de las familias de los uniformados hasta el punto de que están protegidos por una Agencia de Defensa de Economatos que se encuentra en una base de Virginia, dándose además la curiosa circunstancia de que el primero que abrieron fuera de su territorio fue en Filipinas en 1899, a los pocos meses de dejar de ser colonia española.

Un abanico de fórmulas de gestión.

Los Economatos Solidarios tienen como público objetivo a las familias con necesidades económicas. Ello obliga a realizar una selección de los potenciales beneficiarios. Esta criba se hace bien desde la propia gestión del economato o de forma derivada desde los Servicios Sociales de las instituciones públicas o las trabajadoras sociales de Cáritas.

Las familias seleccionadas quedan registradas y se les facilita una tarjeta que las identifique como usuarias y en algunos casos que identifica el margen de descuento que se les ha de aplicar.
Los descuentos oscilan entre el 25%, el 30%, el 40%, el 50%, el 60% y el 75%.

La financiación de estos economatos también cuenta con fórmulas diversas: La mayoría están sustentadas por Cáritas y cuentan con aportaciones particulares fijas en forma de cuota o también en forma de apadrinamiento. El apadrinamiento consiste en el compromiso de una familia, establecimiento o pequeña empresa de costear hasta un máximo fijado de antemano la cantidad que la familia asignada no alcance a pagar. Esta fórmula por ejemplo funciona desde el principio en Lorca. Un caso diferente es la fórmula escogida en Vitoria-Gasteiz, donde el Economato de Berakah está asociado al grupo COVIRAN y permite que particulares hagan sus compras abonado el 100% del coste del producto. En este caso es del margen de beneficio de donde se autoabastece Tabgha para cubrir el porcentaje de las familias a las que se aplica el descuento en sus compras.
Los productos del economato.
En todos los economatos se ha llevado a cabo una cuidadosa selección de los productos considerados básicos y de primera necesidad. Expertos procedentes a veces del mundo universitario como la facultad de Farmacia de la UPV asesoran a los economatos en una selección, para una alimentación equilibrada, de los productos. En el caso de Lorca, y tras el terremoto, el local tuvo hasta hace poco una sección de ropa y calzado. Los productos de esta sección procedían de donaciones de empresas y eran ofrecidos gratis para cubrir las necesidades inmediatas de la población afectada.


El Economato de Mercedes.

El caso de Badajoz despertó el interés de los asistentes al Congreso por su singularidad y su actual situación.
El Economato Solidario Ciudad de Badajoz ubicado en la Barriada de San Fernando surge de la iniciativa particular de una mujer, Mercedes, y del arropo incondicional de su familia.
Mercedes era la cara de los bancos en una Procuraduría y le tocaba atender los casos de desahucios. Sabedora de que ese trabajo alguien lo acaba haciendo decidió no ser ella y renunció a su trabajo para empezar a trabajar en la Fundación Dolores Bas. Pero haber sido testigo de tantas historias desgarradoras le impulsó a querer hacer “algo más” por tantas personas necesitadas y pensó en algo que no existía en Extremadura: un economato. Llamó a las puertas de Cáritas y alabaron su proyecto, llamó a las puertas de las instituciones públicas y le ofrecieron probar suerte en las convocatorias de subvenciones, llamó a las puertas de los bancos y tuvo que llegar a oír en Caja Badajoz que ese era uno de los proyectos que barajaban en su obra social, y a pesar de ofrecerlo ya montado y en funcionamiento la entidad no quiso asumirlo.
A Mercedes no le gusta ser la imagen de su proyecto, prefiere ser “la cajera”, la que conoce vida y milagros de las personas a las que atiende tres tardes a la semana. Su clientela es previamente seleccionada por los servicios sociales de Badajoz y por Cáritas, que son quienes disponen de la información actualizada de la situación económica de las familias más necesitadas de Badajoz. En el Economato Solidario de Mercedes se ofrecen un abanico seleccionado de productos de primera necesidad al 50%. El otro 50% lo asume el economato gracias a la aportación voluntaria de particulares, colaboradores que dan 5€ al mes. La colaboradora más joven es su hija Marina de 9 años con quien ha llegado a un pacto: su colaboración en las tareas de casa (tener limpia y ordenada su habitación) se traduce en los 5€ mensuales de aportación al Economato en su nombre.
Pronto hará un año desde su apertura y Mercedes está trabajando también para que los usuarios de este economato se puedan beneficiar de un 50% de descuento en otros servicios. Ya tiene una peluquería que se ha sumado a esta iniciativa y espera pronto tener la respuesta de una clínica dental.
Pero la buena voluntad y las aportaciones de los colaboradores no dan para sostener este proyecto que hoy da la opción de hacer su compra a 110 familias en Badajoz. Mercedes necesita que una institución fuerte respalde económicamente este proyecto y necesita una respuesta antes de tres meses, el plazo que se ha marcado para valorar la continuidad o el cierre del único Economato Solidario en Extremadura.
El pasado día 7 de octubre representantes del economato se entrevistaron con D. Santiago García Aracil, el arzobispo de la diócesis, quien mostró su interés por el proyecto, a diferencia de la Cáritas diocesana que manifestó a Mercedes que “este economato no le aportaba nada a la Cáritas de Badajoz”.

Non solum sed etiam.

Muchas veces tengo la sensación de que los proyectos se apoyan si “ha sido idea mía”, mientras que si han sido “idea del otro” ya no me interesa.
El caso de Badajoz parece responder plenamente a este planteamiento, tanto por la actitud de Caja Badajoz como de la Caritas de Badajoz.
No sabría valorar qué puede llegar a aportar o no un proyecto como el del economato a una institución, bien sea de la Iglesia, del Banco, del Ayuntamiento o de quien sea. Lo que sí puedo imaginar es lo que un proyecto de estas características aporta cada semana y cada mes a muchas familias.
Creo que nadie que se mete en el fregao de un proyecto solidario lo hace para mayor gloria suya precisamente, se suele hacer pensando en el prójimo, para que mantenga su derecho a comprar el pan nuestro de cada día para él y para los suyos.

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