Llanto por la Catedral de Segovia: ¿Qué ocurre cuando la corrupción sucede dentro de la Iglesia?
"Me duele profundamente esta situación: ¿por qué no nos alejamos de la corrupción en la Iglesia?"
"Estas situaciones hacen mucho daño a la Iglesia, los creyentes segovianos están desconcertados y, más aún, están tristes por lo que se está convirtiendo la Catedral de Segovia, queriendo que acabe esta pesadilla con este señor"
Recuerdo la canción "Pobre Jerusalén" de la obra Jesucristo Superstar al ver las acciones que la catedral de Segovia está teniendo en los últimos meses. Pero, más allá de cuestiones pastorales, la más preocupante ha sido la última noticia. El Plural, el 23 de julio publicaba que el deán de Segovia, Rafael de Arcos Extremera, "articuló una trama de pagos en negro y malversación de donativos", además de situaciones de acoso laboral a los trabajadores y desvío de la Casa de Espiritualidad San Frutos como donativos a la Catedral para evadir impuestos. El Día de Segovia, el pasado 28 de julio, respondía a esta noticia indicando, por suerte, que "el obispado investiga al deán de la Catedral".
Me duele profundamente esta situación: ¿por qué no nos alejamos de la corrupción en la Iglesia?, ¿no somos conscientes que estamos desobedeciendo al Señor y que no estamos dando "al César lo que es del César"?, ¿es tan difícil hacer las cosas bien y declarar cristianamente los pagos que hacemos y recibimos?, ¿qué pasaría con la aportación de la X a la Iglesia si toda la ciudadanía hiciese lo mismo que el Deán y encima, Ecónomo de la Diócesis de Segovia?, ¿qué pasaría con el Estado de bienestar y, sobre todo, con los más pobres si no pagamos impuestos?, ¿por qué tratamos mal a los trabajadores, los acosamos y abusamos con poder clerical? No es normal.
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Estas situaciones hacen mucho daño a la Iglesia, los creyentes segovianos están desconcertados y, más aún, están tristes por lo que se está convirtiendo la Catedral de Segovia, queriendo que acabe esta pesadilla con este señor. La corrupción política la denunció el presidente de la Conferencia Episcopal exigiendo dimisiones, ¿pero qué ocurre cuando esa corrupción sucede dentro de la Iglesia?, ¿lo intentamos tapar?, ¿bloqueamos a los medios para que no publiquen nada?, ¿pedimos dimisiones?
Es importante que el Deán segoviano, suponiendo que sea creyente, reflexione sobre una pregunta: ¿cómo va a presentarse usted ante el Señor cuando no ha cumplido sus leyes y se ha dejado llevar por la corrupción?, ¿cómo va a presentarse al Señor si ha suspendido en el examen del amor con las personas encomendadas?, ¿usted tiene temor de Dios, un don del Espíritu Santo? Quiero que piense sobre esto como acto de contrición; y no sólo debe pensarlo usted, sino también todas las personas implicadas y beneficiadas: trabajadores, canónigos y la curia.
Para finalizar, rezar por nuestro querido obispo Jesús Vidal, esto no será agradable para él porque le ha tocado lidiar con la justicia en cuestiones similares en Madrid, pedimos firmeza para él y rotundidad.