"Vicente Cañas no es solo mártir. Es también maestro. Nos enseña que la misión no es ocupación, sino comunión" Vicente Cañas: cuando la justicia llega tarde, pero aún clama con el clamor de un pueblo

Vicente Cañas
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Casi cuatro décadas después de su muerte, la justicia brasileña ha confirmado la condena definitiva del exdelegado de policía Ronaldo Antônio Osmar como uno de los mandantes del crimen

Vicente apoyó a los Enawenê-Nawê en el proceso de demarcación territorial y denunció las invasiones de madereros y hacendados que se apropiaban de las tierras tradicionales. Esa defensa lo convirtió en objetivo

El caso Vicente Cañas es, en ese contexto, un símbolo. Su asesinato no fue una excepción, sino la consecuencia lógica de una estructura que considera al indígena como estorbo para el “progreso”

“Kiwxí vive entre nosotros.” Así despidió el pueblo Enawenê-Nawê al hermano jesuita Vicente Cañas cuando fue asesinado en 1987. Su memoria no fue silenciada. La selva, los cantos rituales y las luchas por la tierra lo mantuvieron vivo en el corazón de una comunidad que aprendió a reconocerlo como uno de los suyos. En mayo de 2025, casi cuatro décadas después de su muerte, la justicia brasileña ha confirmado la condena definitiva del exdelegado de policía Ronaldo Antônio Osmar como uno de los mandantes del crimen. Es una victoria, sí, pero parcial, tardía, frágil. Porque —como escribió recientemente el jesuita Gabriel dos Anjos Vilardi— “todavía no se ha hecho justicia al amigo de los Enawenê-Nawê”.

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El crimen y sus raíces

Vicente Cañas (Kiwxí), originario de Albacete, vivió durante más de una década con el pueblo Enawenê-Nawê en el noroeste de Mato Grosso. Se hizo uno de ellos, no por estrategia misionera, sino por opción de vida: aprendió su lengua, sus cantos, sus ciclos agrícolas, sus silencios. Fue parte de una generación de misioneros que, a la luz del Concilio Vaticano II, pasó del proselitismo a la encarnación: del anuncio al acompañamiento.

Pero su cercanía a los pueblos indígenas lo colocó en el centro de una batalla: la defensa de la tierra. Vicente apoyó a los Enawenê-Nawê en el proceso de demarcación territorial y denunció las invasiones de madereros y hacendados que se apropiaban de las tierras tradicionales. Esa defensa lo convirtió en objetivo.

En torno al 6 de abril de 1987 fue asesinado brutalmente en su choza junto al río Juruena. Estaba solo, preparándose antes de regresar a la aldea. Fue apuñalado y golpeado con tal violencia que le fracturaron el cráneo. Su cuerpo fue encontrado más de un mes después. Nadie fue arrestado entonces. El crimen se diluyó en el silencio cómplice de un sistema judicial colonizado por intereses latifundistas.

Un juicio histórico... 30 años después

El proceso judicial fue una carrera de resistencia. El primer juicio, en 2006, absolvió a los acusados. Solo en 2017, gracias al empeño del CIMI, del Ministerio Público Federal y de abogados comprometidos como Michael e Paulo Guimarães, se logró un nuevo juicio. Vilardi, recuerda la fuerza de las alianzas tejidas: “Fue un jurado en el que la insistencia de la justicia se hizo presente… con el Ministerio Público Federal, con los indígenas en la sala, con el testimonio de Fausto Campoli sobre Kiwxí y los Enawenê-Nawê, que conmovió a todos”.

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El jurado popular condenó a Ronaldo Osmar a 14 años y 3 meses de prisión. Quedó probado que el delegado organizó el crimen, reclutando a los autores materiales y utilizando su cargo para encubrir el asesinato. Fue un momento histórico. Pero la sentencia no se ejecutó de inmediato. Durante años, Osmar permaneció libre. Solo en 2025 el Supremo Tribunal de Justicia certificó el tránsito en juzgado de la condena. La orden de prisión fue emitida el 24 de abril, pero el condenado se encuentra internado en un hospital de Goiás, y su defensa solicita prisión domiciliaria. Una vez más, el tiempo opera a favor del poder.

¿Qué significa hacer justicia?

El hermano Gabriel Vilardi lo dice con claridad: “Hacer justicia al hermano Vicente Cañas implicaría enterrar definitivamente el Marco Temporal, declarar inconstitucional la Ley 14.701/23 y demarcar las más de 800 tierras indígenas que aún esperan el cumplimiento de la Constitución”. Es decir, la verdadera justicia no se mide por una sentencia, sino por un país que garantice derechos y proteja la vida.

La llamada tesis del Marco Temporal —según la cual los pueblos indígenas solo tendrían derecho a las tierras que ocupaban el 5 de octubre de 1988, fecha de la Constitución— fue declarada inconstitucional por el Supremo Tribunal Federal. Pero en una maniobra legislativa, esa tesis fue reincorporada en la Ley 14.701/23, aprobada por el Congreso con apoyo del agronegocio. Aunque el presidente Lula vetó parcialmente la ley, muchos de sus artículos siguen vigentes y permiten la explotación comercial de tierras indígenas. La lucha continúa en los tribunales, pero también en las comunidades.

El caso Vicente Cañas es, en ese contexto, un símbolo. Su asesinato no fue una excepción, sino la consecuencia lógica de una estructura que considera al indígena como estorbo para el “progreso”. Hoy, 38 años después, miles de indígenas siguen siendo amenazados, expulsados, asesinados. Hacer justicia a Kiwxí es hacer justicia a ellos.

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El martirio de los que se hacen pueblo

Vicente no murió como extranjero. Murió como uno del pueblo. En la cosmovisión Enawenê-Nawê, él no era un misionero que visitaba, sino un pariente que caminaba con ellos. Por eso aún esperan poder sepultar sus restos —parte de los cuales aún se encuentran en manos del poder judicial— para darle descanso según su tradición. No es solo un gesto simbólico. Es el reconocimiento de que su vida fue ofrecida y recibida como parte del cuerpo colectivo de ese pueblo.

Desde la fe cristiana, su testimonio es profético. Vicente encarnó la kenosis, el vaciamiento del misionero que no llega a enseñar, sino a aprender; que no habla para imponer, sino que escucha para amar. En palabras de Vilardi: “Un hombre delgado y barbudo, con una lanza en el abdomen. Un lanceado como Jesús de Nazaret”. Su martirio no fue glorioso, fue silencioso. No hubo cámaras, ni titulares. Solo la tierra, el río y la memoria de un pueblo que no olvida.

Una Iglesia que aprende de sus mártires

La Iglesia católica ha recorrido un largo camino en su relación con los pueblos originarios. Del colonialismo evangelizador a la defensa profética. Del modelo de conquista al de sinodalidad. El testimonio de Vicente Cañas ayudó a recorrer ese camino.

La REPAM, el CIMI, la CNBB y la Compañía de Jesús han reafirmado su compromiso con la vida indígena como lugar teológico. El Sínodo para la Amazonía (2019) y la exhortación Querida Amazonía han visibilizado una eclesiología de rostro amazónico, donde los pueblos originarios no son destinatarios de misión, sino protagonistas de su historia de salvación.

En ese horizonte, Vicente Cañas no es solo mártir. Es también maestro. Nos enseña que la misión no es ocupación, sino comunión. Que la tierra no se posee, se cuida. Que la justicia no es venganza, sino restauración. Y que la santidad puede tener rostro indígena, cuerpo frágil, nombre en lengua ancestral.

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Conclusión: la memoria que arde

38 años después, la condena a Ronaldo Osmar pone un punto final jurídico, pero abre una pregunta ética: ¿qué hacemos con la memoria de Kiwxí? ¿La archivamos en un expediente o la convertimos en semilla?

La justicia llega tarde, pero aún clama. Y su clamor no es solo el de una víctima, sino el de un pueblo. El de todos los que, como Vicente, creen que la vida vale más que el lucro, que la tierra es madre, y que el Reino de Dios se parece más a una comunidad indígena que a un imperio.

Referencias:

CIMI – Conselho Indigenista Missionário. “Acusado de agenciar o assassinato de Vicente Cañas é condenado a 14 anos e 3 meses”. cimi.org.br, 28 de febrero de 2018. Disponible en: https://cimi.org.br/2018/02/acusado-de-agenciar-o-assassinato-de-vicente-canas-e-condenado-14-anos-e-3-meses

Floresta Protegida. “Lei 14.701/23 legaliza Marco Temporal apesar de decisão do STF: luta indígena continua”. Florestaprotegida.org.br, 2023. Disponible en: https://www.florestaprotegida.org.br/noticias/lei-14.70123-legaliza-marco-temporal-apesar-de-decisao-do-stf:-luta-indigena-continua

Religion Digital. “Confirmada la condena en Brasil contra uno de los asesinos del jesuita Vicente Cañas, misionero con los pueblos indígenas”. Religiondigital.org, 8 de mayo de 2025. Disponible en: https://www.religiondigital.org/america/Confirmada-condena-Brasil-Vicente-Canas-jesuita-misionero-indigenas_0_2541645812.html

Religion Digital. “Justicia brasileña por el asesinato del jesuita Vicente Cañas”. Religiondigital.org, 30 de noviembre de 2017. Disponible en: https://www.religiondigital.org/america/Justicia-brasilena-asesinato-Vicente-Canas_0_1963003723.html 

Swissinfo. “Confirman condena a policía acusado de asesinar a misionero español en Brasil”. Swissinfo.ch, 7 de marzo de 2023. Disponible en: https://www.swissinfo.ch/spa/confirman-condena-a-polic%C3%ADa-acusado-de-asesinar-a-misionero-espa%C3%B1ol-en-brasil/48357368

Vilardi, Gabriel dos Anjos. “Finalmente haverá justiça para Vicente Cañas?” Instituto Humanitas Unisinos – IHU, 8 de mayo de 2025. Disponible en: https://www.ihu.unisinos.br/652151-finalmente-havera-justica-para-vicente-canas-artigo-de-gabriel-vilardi

Tumba de Vicente Cañas

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