La Iglesia pide ayuda para campesinos de tierras compradas por la Secta Moon

Patricio Downes (RD)Parece una historia del realismo mágico cuyo más eximio exponente literario es Gabriel García Márquez, pero no, forma parte de la realidad latinoamericana. Una empresa cómpró tierras, incluido un pueblo donde vive gente que ahora reclama donde vivir. En 1890, el gobierno paraguayo vendió al argentino Carlos Casado del Alisal, 5,5 millones de hectáreas -equivalente a algo más de la mita de Portugal- y en 2002 la Secta Moon compró 600.000 hectáreas de esas tierras feraces. Hasta ahí, todo bien, pero la venta incluyó al pueblo de Puerto Casado, sobre el río Paraná. Ahora intervino la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), pidiendo una solución para esos 1.500 paraguayos. Y este sábado, según el diario ABC de Asunción, el presidente Fernando Lugo viaja al lugar para dar una solución al conflicto.

Lo ocurrido con Puerto Casado es casi de leyenda. Cuando Casado del Alisal compró la zona instaló allí una planta extractora de tanino y quebracho, en una superficie que era el 23% del árido Chaco Boreal y el 14% del territorio paraguayo.

La Secta Moon (Iglesia del Espíritu Santo para la Unificación Mundial)compró las tierras que ahora administra la empresa Victoria. Durante el gobierno de Nicanor Duarte (2003-2008) el Congreso dictó una ley de expropiación de 52.000 de las 600.000 hectáreas. La frenó un fallo judicial y la firma donó 30.000 hectáreas fuera del casco urbano.

Los campesinos se quedaron así sin la propiedad de sus casas, en este pueblo fundado a fines del siglo XIX a unos 600 kilómetros al norte de Asunción.

La semana pasada los obispos integrantes de la CEP dieron un documento titulado "Sobre la Marcha de pobladores de Puerto Casado", refirsiéndose a la protesta de los pobladores de ese pueblo, donde viven 1.500 personas, la mitad de ellos, adolescentes y niños.

"Llamamos a una reflexión serena, efectiva y constructiva sobre los reclamos de pobladores de Puerto Casado, quienes han emprendido la cuarta marcha para reivindicar sus derechos ciudadanos", señaló la CEP en su reclamo que, al parecer, fue escuchado por el ex obispo y mandatario paraguayo.

"Se impone, desde luego, adoptar una postura positiva a fin de acompañar con espíritu humanista y cristiano a estos ciudadanos. La dignidad de la persona humana debe ser promovida independientemente de los intereses sectoriales", señaló la Conferencia, que preside el arzobispo de Asunción, Pastor Cuquejo.

Solicitó además a las autoridades y al Estado paraguayo que "con un discernimiento justo evalúen toda la situación de estos pobladores en un contexto de búsqueda del bien común nacional y de la dignidad humana que promueva una vida digna y ofrezcan prontamente las soluciones oportunas. Es importante considerar la necesidad de proteger una ecología equilibrada de la región, como también el desarrollo sustentable de esa comunidad chaqueña".

"Recordamos, una vez más, el compromiso de la Iglesia Católica en nuestro país de acompañar al pueblo en sus necesidades y aspiraciones. No le mueve ningún interés socio político, sino las exigencias propias de su misión evangelizadora, pues el Señor Jesús vino para que los seres humanos tengan vida y la tengan en abundancia (Juan 10,10)", pidieron los obispos, agregando que "las soluciones al caso se realicen con la celeridad que la situación reclama"
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