"Comentando este evangelio hace ahora quince años, escribí: 'El futuro está… en el odio'"
"Y es que el evangelista no escribió: 'si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre…”, sino que escribió: si uno viene a mí y no odia a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío'”
"Es obvio que, a los gestores de la palabra litúrgica, ese odiar que Jesús reclama, les pareció inaceptable, y lo escondieron en un domesticado posponer, que ya aparece como verbo de Jesús en los otros relatos sinópticos de la misma enseñanza"
"…Ese odio que nos libera para el amor, es condición de futuro para quien ama, para quien es amado y para el mundo"