Bach, suite inglesa BWV 808

Bach, suite inglesa BWV 808

¡Feliz domingo! No encuentro camino más apasionante que el de recorrer las obras de Bach de una en una. Es una música tan intensa, tan profunda y que toca tantas fibras del interior, que ese camino no defrauda en absoluto. Hemos pasado obras grandes (como todas las cantatas y las de órgano) pero estamos otra vez por otras grandísimas y muy conocidas. Seguimos con las llamadas «suites inglesas». Vamos con la de hoy.

J. S. Bach

Primero, algo sobre Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Que Bach es un maestro conocido es público y notorio, como también lo es que no haya acuerdo unánime sobre cuándo nació (aunque sí dónde). Para muchos fue el 21 de marzo, aunque otros piensan que fue el 31 de ese mismo mes. No es que pudiese haber nacido en dos días distintos y no sabemos exactamente en cuál sino que es una cuestión de calendarios. Puesto que su nacimiento fue en la región alemana de Turingia en 1685 (confirmado), y en ese momento Alemania aún seguía con el calendario juliano. El que se usa actualmente es el gregoriano y para adaptar el primero al segundo se tuvieron que eliminar diez días. Por tanto, parece ser que Bach nació el 31 de marzo antes de 1700 (que es cuando la Iglesia protestante adoptó dicho calendario) pero el 21 después. Es decir, que podemos tomar por válidas ambas fechas, principalmente es la misma. Puesto que seguimos con el gregoriano, la fecha del 21 de marzo es la que más se ha impuesto, pero ambas son estrictamente válidas.

Sea cuando sea que nació nos regaló obras como la de hoy: la suite inglesa n.º 3 en sol menor, BWV 808. De nuevo nos encontramos en la habitual sucesión de movimientos, a pesar de que la palabra habitual poco de adapta al maestro. El prélude camina hacia la parte aguda que se ve arrastrada hacia la parte grave con un bajo insistente. El sentido de movimiento es evidente a lo largo de toda la composición. Continuamos con una allemande con un tema que puede incluso llegar recordarnos el movimiento anterior; presenta una segunda sección con unas variaciones sobre el tema principal. La courante es una muestra del maravilloso contrapunto del maestro. Le sigue la sarabande cada vez más ornamentada, muy en estilo francés, algo también habitual en la época. Le sigue la gavotte llena de brillo, a pesar del modo menor, con una variación posterior. Termina la composición con otra muestra el contrapunto que a Bach le salía fácilmente: una gigue.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Pierre Hantaï al clave.

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