¡Feliz jueves! Alguna que otra vez ha traído algún ejemplo de este tipo de misa puesto en música. No es que sean obras menores pero sí quizá algo mas breve (como dice su título) especiales para días de diario en vez para grandes celebraciones. Hoy, sin embargo, la obra no va a venir de las manos de los grandes polifonistas del renacimiento sino de otro gran maestro.

Saludemos a Felix Mendelssohn (1809-1847), compositor alemán nacido en Hamburgo. La reina Victoria era una grandísima admiradora de nuestro compositor. De él dijo que era el mayor genio musical después de Mozart y decía que era «el hombre más encantador». Parece ser que quienes lo conocían íntimamente casi tenían reverencia por él y admiraban profundamente sus composiciones. «Nos gustaba y estimábamos a este excelente hombre de gran mente del que tenía temor por lo frágil de su cuerpo. Además, era tan frágil y sencillo». A Mendelssohn le encantaba también Gran Bretaña y sus gentes y viajó a lo largo de todo el país. Especialmente le fascinaba Escocia, nación que le inspiró algunas de sus más famosas composiciones.

Escuchemos su Missa breve que también aparece como Die Deustche Liturgie. Fue compuesta para el servicio religioso de la catedral de Berlín siguiendo las nuevas recomendaciones litúrgicas que venían desde Prusia que buscaba volver a un estilo más sencillo e incluso más comprensible por parte de todos. Mendelssohn se adaptó, así, al estilo del cecilianismo con los que nos regala una pequeña obra (Kyrie, Gloria y Sanctus) con una estructura interna muy rica. La obra está compueta para un doble coro a cuatro voces cada uno de ellos

La partitura de la pieza puede descargarse aquí: Kyrie - Gloria - Sanctus.

La interpretación es del RIAS Kammerchor dirigido por Marcus Creed.