Requiem

Requiem, Pedro de Escobar

¡Feliz lunes! ¡Y feliz semana! Espero que te vaya muy bien y que el mes de noviembre que acabamos de comenzar esté lleno de buenas cosas para ti. Todavía con el recuerdo a nuestros difuntos más queridos del pasado sábado, quiero traerte hoy también música relacionada con esta fecha. Ya sabes que hay muchas y muy abundantes composiciones relacionadas con el oficio de difuntos, siempre tan emocionante.

Oporto

La de hoy es de Pedro de Escobar (c. 1465-1535), compositor portugués nacido en Oporto, pero que estuvo muy activo en España. Fue cantor en el coro de la capilla de Isabel la Católica entre 1489 y 1499 y era el único miembro con el adjetivo de «portugués». Juan de Anchieta era miembro del coro por esa época y juntos, al alimón, compusieron una misa: también hizo lo mismo con Peñalosa. Volvió a Portugal pero fue invitado a regresar a nuestro país, como maestro de coro de la catedral de Sevilla, templo que envió expresamente al país vecino a un mensajero para traerlo. Es posible que Peñalosa fuese decisivo a la hora de que el cabildo tomase la decisión. Enseñó a los chicos polifonía. No consiguió un mejor salario y renunció a su puesto en 1514. Parece ser que luego fue maestro de capilla del cardenal Dom Affonso, hijo de Manuel I. En 1535 todavía tenemos a Escobar en Évora sobreviviendo precariamente y ese mismo año moriría en esa localidad portuguesa. También era conocido como Pedro do Porto.

Disfrutemos del gradual de su Requiem. Se trata de la obra polifónica más antigua que se compuso en la Península Ibérica y uno de los primeros de Europa. Parece ser que fue cantado en los funerales de Isabel la Católica en 1504. Esta obra a cuatro voces se conserva en un manuscrito que contiene otra música que se cantaba en la capilla real. El canto llano que usa Escobar procede de libros ibéricos de la época. Precisamente el fragmento que escuchamos empieza con el canto llano y luego la polifonía suena en homofonía, con el cantus firmus en la voz aguda. El Et lux perpetua subraya especialmente dichas palabras mediante la música, mientras que en Luceat eis escuchamos una polifonía más imitativa. Una auténtica maravilla, llena de serenidad y emoción.

La interpretación es de Hespèrion XXI y La Capella Reial de Catalunya dirigida por Jordi Savall.

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