Salve Regina

Salve Regina,. Browne

¡Feliz sábado! Vamos a ir encarando en fin de semana y, en este pequeño y humilde rincón, lo hacemos con música. Como sabes, en los dos últimos días de la semana siempre hay música dedicada a la Virgen los sábados, y de J. S. Bach los domingos. Este ratito que viene ahora lo vamos a pasar en compañía de la primera, y te adelanto que la música de hoy solo puede calificarse de espectacular. ¿Te apetece disfrutarla?

Gran Bretaña

Si es así, nos visita John Browne (1453-1505), compositor británico del que no se sabe muy bien dónde nació. Se comenta que vivió en Coventry un compositor con ese nombre, por lo que podría ser él. Parece ser que vivió en la región de Windsor o quizá en la de Fairfax. En alguna fuente aparece Johannes Browne Oxoniensis, quien también podría ser él. También hallamos música de un John Browne en el famoso Eton Choirbook. Pruebas esquivas de un compositor que continuamente, por lo pronto, se nos escapa de las manos. Entre sus composiciones destacan sus amplias antífonas (de más de die minutos), con un profundo conocimiento del contrapunto. Utilizaba mucho la técnica del cantus firmus e incluso varias de sus composiciones se basan en una compleja distribución de las proporciones tras la que hay un intrincado cálculo  matemático. A pesar de todo, la música no parece para nada fría sino que es de lo más impresionante. Como compositor representante de la época tudor, utiliza ampliamente las voces sobreagudas o, como suele decirse en inglés, treble.

Ejemplo de todo esto lo encontramos en su antífona Salve Regina. Es una de las composiciones que ha mantenido la reputación de Browne como compositor a lo largo de los años. Está compuesta para cinco voces (treble, mean, alto, tenor y bajo) y aparece en el Eton Choirbook, del que antes te comenté. El maestro tuvo el cuidado de mantener el carácter reflexivo del texto a lo largo de esta larga composición, sin perder ese dramatismo pero también regalándonos una polifonía intensa y llena de color. Destaca el «Salve» final, que tiene una longitud de treinta compases y en el que las voces evolucionan a modo de fanfarria poniendo un final brillante a esta composición que nos deja boquiabiertos.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de The Tallis Scholars dirigidos por Peter Phillips.

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