En ti, Señor, confié
Nos visita hoy Nicolas Gombert (1495-1560), compositor franco-flamenco nacido posiblemente en La Gorgue (en el sur de Flandes), donde el nombre de Gombert estaba bastante extendido. Parece que fue discípulo de Josquin. Fue cantor de la corte del emperador Carlos V a partir de 1526 en adelante y luego maestro de los niños de coro. Todo eso le hizo viajar con asiduidad por España, Italia, Austria y Alemania. Según el médico Jerome Cardan Gombert violó a un niño por lo que fue condenado a galeras. Durante ese exilio compuso (siempre según Cardan) unas obras tan maravillosas que fue perdonado por el emperador. Parece ser que podría ser una colección de magnifícats la que causó ese asombro en el monarca. La única evidencia de ese hecho podría ser una carta en forma de tributo en la que Gombert envió desde Tournai, en 1547, al capitán del emperador, Ferrante Gonzaga. Este hombre debió ser toda una institución en su época y su música fue tenida como modelo. Según testigos de su tiempo, compuso obras que se anticiparon a sus días, y todas estaban llenas de una armonía rica y de un contrapunto no menos asombroso.
Disfrutemos hoy de su motete In te, Domine, speravi, compuesto a seis voces. Precisamente esta obra está compuesta en ese estilo innovador del que hizo gala el maestro. La composición pone música al salmo 30 y ciertamente está escrita en un tono más sombrío que otras obras del maestro. A pesar de que la pieza canta y proclama la confianza en Dios está llena de melancolía. La factura, sin embargo, es casi perfecta, con una armonía de excelente factura y una construcción irreprochable. Toda una obra maestra.
La interpretación es del Magnificat Ensemble dirigido por Philip Cave.