Del creador del poema sinfónico

Nuestro compositor de hoy fue en creador de una forma musical que no solo él mismo fue capaz de llevar a muy altas cotas sino que fructificó en los años venideros y fue muy utilizada por otros compositores posteriores. La obra de hoy, la más interpretada en ese género de él, destaca por su romanticismo arrebatado y, por qué no, sublimado.

Mención aparte merece su faceta de pianista. Su técnica era prodigiosa y envidiada por todos que, sin embargo, iban a escucharlo con deleite. De hecho, ya te he contado que había cierto 'pique' entre él y Chopin. Este admiraba el virtuosismo de Liszt y este lal capacidad melódica del polaco.
La forma musical que creó Liszt (aunque hay quien opina que el verdadero inventor fue César Franck) es el llamado poema sinfónico. Se trata de una obra en un solo movimiento, lo que no significa que todo esté interpretado a la misma velocidad ya que hay partes más rápida y otras más lentas. En un poema sinfónico, el contenido de un poema, una novela, un paisaje, un cuadro, etc. es evocado, digamos que 'retratado' en el pentagrama.
Liszt compuso trece poemas sinfónico, siendo el tercero el que nos ocupa hoy, titulado Los Preludios. El título hace referencia a una oda de Lamartine en el que se alude a la vida como una serie de preludios a ese desconocido Himno. Es una obra que recorre todos los humores románticos, desde el más tierno al más guerrero y marcial, en esa composición arrebatadoramente romántica (valga el uso repetido de la palabra). La obra goza de cierto lastra ya que fue tomada como sintonía del noticiero de la Wehrmacht.
La partitura de esta obra impresionante la tienes aquí.
Aquí la tienes interpretada por la Orquesta Filarmónica de Viena dirigida por Valery Gergiev.