Dos flautas, aunque distintas

Concierto para flautas, Telemann

¡Feliz martes! Vamos a hacer un pequeño parón en la música religiosa, de la que estuvo cargada la semana pasada, para ir a otra de género profano. El compositor es uno de los más prolíficos que han existido jamás, casi de todas las épocas. Sin embargo, no podemos dejarnos llevar por esa amplitud en su obra puesto que la que compuso es de una gran calidad. ¿Te va sonando ya quién puede ser? ¡Vamos a verlo!

G. P. Telemann

Es Georg Philipp Telemann (1681-1767), compositor alemán nacido en Magdeburgo. El adjetivo de prolífico es posible que incluso se quede corto para este compositor. Se sabe que a lo largo de su vida compuso unas 1700 cantatas... un número casi inimaginable. Para nada escribía música de forma monótona sino que en sus obras siempre muestra una gran vena imaginativa. Siguiendo con los números, compuso la nada despreciable cantidad de unas 125 suites, la misma cantidad de conciertos, varias decenas de obras orquestales, 40 cuartetos, 130 tríos y unas 250 piezas para teclado. A pesar de ello afirmó en su biografía que «No era un gran amante del concierto». Dada la gran cantidad de óperas que compuso (¡también!) algunos biógrafos han dicho de él que «Telemann era el más importante compositor de óperas en alemán de la primera mitad del siglo XVIII». En fin, que sobran las palabras y casi mejor que pasemos a la música.

Disfrutemos de su Concierto para flauta travesera, flauta dulce, cuerdas y continuo en mi menor, TWV 52:e1. Su unicidad radica en ese carácter contrastante entre los dos instrumentos y en los propios movimientos. Comienza la obra con un largo de gran belleza en el que ambos solistas van entrando en diálogo, en una melodía triste, a veces en imitación y otras en terceras. El siguiente movimiento, un allegro, es breve pero muy intenso. Se inicia con amplios pasos sobre las figuras de las cuerdas. Los solistas luego suenan a modo de pájaros, llamándose unos a otros. Le sigue un largo esta vez en la tonalidad de mi mayor, escrito en forma de pastora, con los solistas acompañados por los pizzicato de las cuerdas. Termina el concierto con un presto, que nos recuerda a una danza turca. En alguna momento, a las dos flautas se les une un instrumento solista para dar lugar a un trío que conduce a un final casi inesperado.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Anninka Fohgrub (flauta dulce), Felipe Egaña (flauta travesera) y la Bremen Barockorchester.

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