Gestos “sorprendentes” que esperamos de la Iglesia (18)

Supresión del celibato obligatorio para obispos y presbíteros (III)

¿Francisco tampoco lo hará? (b)

Papa Francisco:
“La tradición tiene peso y validez. Los ministros católicos han elegido el celibato. Hasta el 1.100 era optativo. En Oriente se siguió la tradición no celibataria, como opción personal y en occidente todo lo contrario. Es una cuestión de disciplina, no de fe. Se puede cambiar”.


Comentario:
1.- La tradición, fruto de la ignorancia e imposición, no debe tener peso ni validez. “A las tradiciones nocivas y gastadas deben poner fin los pastores”, pensaban ya en el s. V los obispos orientales.

2.- No pueden equipararse ambas tradiciones. La oriental deja libertad, “como opción personal”. La occidental impone. En ésta se ven obligados a ser célibes quienes desean ser obispos y presbíteros. Incluso Dios mismo se ve obligado a conceder vocación ministerial sólo a los célibes. ¿Hay mayor contradicción con el Evangelio de la libertad y mayor atrevimiento contra la divinidad?

Papa Francisco:
“A nivel personal, no me ha pasado por la cabeza la idea de casarme, pero hay otros casos como el del presidente de Paraguay Fernando Lugo, un tipo brillante. Cuando era obispo tuvo una caída y renunció a la diócesis. Fue honesto en esa decisión”.


Comentario:
1.- Tiene casos más cercanos, como el obispo argentino, Jerónimo Podestá. Éste llevó su compromiso más lejos: trabajó intensamente por extender el Movimiento de Curas Casados en Argentina, Brasil, México, Ecuador, Perú... Juan Cejudo escribía en el aniversario de su nacimiento:
“Conocí personalmente a Jerónimo y Clelia en unos de los encuentros internacionales celebrados en Ariccia (Roma). También coincidimos en Madrid... Juntos estuvieron también en mi casa en Cádiz en una ocasión... Con ellos tuvimos una reunión en el campo, en Puerto Real (Cádiz), donde asistieron muchas personas y donde juntos celebramos la eucaristía... Jerónimo era la bondad, la dulzura, la ponderación en las formas, aunque siempre profundo en el fondo. Clelia era la fuerza, el empuje que Jerónimo necesitaba. Los dos formaban una pareja sacerdotal excepcional, entregaron sus vidas a las causas sociales serias y a la transformación evangélica de la Iglesia” (http: //www.redescristianas.net/jeronimo-podesta-obispo-casado-8-de-agosto-de-1-920-8-de-agosto-de-2016juan-cejudo-miembro-de-moceop-y-de-comunidades-cristianas-populares/).


Papa Francisco:
“A veces hay sacerdotes que caen en esto. Si uno de ellos viene y me dice que embarazó una mujer, lo escucho, busco que tenga paz y poco a poco lo hago darse cuenta que el derecho natural precede su derecho como sacerdote. Debe dejar el ministerio y hacerse cargo del hijo, aunque no decida casarse con esa mujer porque ese niño tiene derecho de tener una madre y el rostro de un padre.
Me comprometo a ocuparme de todos los documentos en Roma pero debe dejar todo”.


Comentario:
1.- Lástima que no saque más consecuencias del principio general: “el derecho natural precede su derecho como sacerdote”. Porque “derecho natural” es también el derecho a formar una familia. Cosa que prohíbe la ley eclesial a obispos y presbíteros. Este derecho natural precede al derecho eclesial a poner condiciones para estos ministerios. Ninguna institución humana y libre puede prohibir un derecho natural para ejercer cualquier actividad humana y libre.

2.- “Debe dejar el ministerio y hacerse cargo del hijo... debe dejar todo”. Nada importa su vocación, su trabajo... Si no tiene cómo vivir... ¿no importa? “Debe dejar todo”, aunque lo que haga sea dar clases en alguna institución eclesial, o llevar la administración...

3.- Viene bien el comentario que me enviaron a un artículo anterior:
“...Veo que la misericordia sólo se está empleando con un sector pero....con otro (véase a sacerdotes secularizados o sin secularizar) no se ejerce. Como dice el refrán aplicándolo en esta situación a nuestra jerarquía: "Son la alegría de la calle....pero la tristeza de la casa" (Comentario al post "Gestos sorprendentes... 16" http://blogs.periodistadigital.com/atrevete-a-orar.php/2016/09/09/ p3 89159).


Papa Francisco:
“Ahora si un sacerdote me dice que tuvo una caída lo ayudo a corregirse. Hay algunos que lo hacen y otros que no. Algunos, ni siquiera se lo dicen al obispo”.


Comentario:
1.- Cabría pedir a los obispos que se implicaran más en solucionar de raíz este problema.

2.- ¿Por qué “algunos, ni siquiera se lo dicen al obispo”? Sencillamente porque los obispos están atados a la ley. No quieren entender otro lenguaje que la ley: el celibato es “un deber contraído de una vez para siempre ante Dios y la Iglesia”. Como si el compromiso celibatario fuera una opción fundamental por el Reino de Dios. No está en sus manos ninguna solución evangélica. El sacerdote que descubra en su vida como voluntad de Dios el no seguir siendo célibe, no puede entrar en diálogo fructífero con el obispo. No encontrará en él ayuda para ser fiel al ministerio. Tendrá que buscarlo en una comunidad adulta que comprenda y acepte. A lo más, un obispo “atrevido” puede llegar a recomendar: “tener vida sexual fuera de la parroquia” (¡histórico!), o mirar para otro lado, mientras la comunidad lo acepte y no tenga sustituto (“mejor es un cura casado que ninguno”: ¡también real!).

3.- ¿Conocerá el papa este texto de Pablo VI:
“Estamos seguros, venerables hermanos, ... de que no perderéis jamás de vista a los sacerdotes que han abandonado la casa de Dios, que es su verdadera casa, sea cual sea el éxito de su dolorosa aventura, porque ellos siguen siendo por siempre hijos vuestros” (Sacerd. Caelib. n. 95).


Resulta chocante, por falsa, la teoría de que los sacerdotes casados “han abandonado la casa de Dios, que es su verdadera casa...”. Por lo demás, poco caso hacen los obispos al requerimiento papal. No sólo los pierden de vista, sino que los ignoran totalmente, no quieren comunicación con ellos, los tratan peor que a los no cristianos... Quizá piensan que en el fondo los presbíteros y obispos casados tienen razón y son víctimas de la estructura eclesial injusta. El cardenal Tarancón, espíritu bastante libre, ante la pregunta sobre qué pensaba del celibato opcional,contestó: “si digo lo que pienso, no podría seguir de obispo”. Fui testigo. ¡Qué Iglesia de Jesús más extraña donde no puede decirse lo que se piensa! Sobre todo cuando lo que se piensa, estando de acuerdo con el Evangelio, contradice la ley. Se olvida aquello de que “la verdad os hace libres” (Jn 8,32).

Rufo González
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