La mierda esa llamada factores de conversión en química.

Una de las cosas que más exasperan enseñando química son las técnicas antieducativas que promueven no pocos profesores en colegios e institutos. Y me exasperan muchísimo. La que más, la que me hace subirme por las paredes es la inmensa manía de prohibir la regla de tres en química.

Hay gente que hizo la carrera, le dieron el título de licenciado, y después de un CAP (Curso de Adaptación Pedagógica) y leer a saber que cosas sobre los objetivos de un curso de química elemental, se dedica en los siguientes años como docente a destruir a los alumnos con metodologías insufribles. Yo padecí una de aquellas metodologías, me persiguió hasta la carrera, me hizo sangrar en montones de exámenes de química, y hasta que en carrera no comprendes que aquello que una vez te prohibieron se lo salta todo el mundo a la torera, no abandonas el tortuoso método que te enseñaron.

Ocurrió que en 8º de EGB descubrí el maravilloso mundo de la regla de tres. Vi con aquello como la química era ciertamente fácil, y de cómo lo enseñado en matemáticas tenía utilidad en las ciencias. Pero quiso el destino que en 2º de BUP la buena labor de un profesor la fulmine un profesor malo, como es habitual en nuestro sistema educativo, y entonces mi tan querida regla de tres quedó prohibida. ¿Por qué? Pues por que la profesora se empeño en tal cosa, y las tan fáciles ciencias químicas se convirtieron en un suplicio porque yo no entendía los factores de conversión.

Aquella tortura me persiguió hasta la carrera. Un amigo químico que me dio clases en una academia se exasperaba con la enseñanza de un método docente malo cuando con la regla de tres, más potente y sencilla resolvía mejor los problemas de química. El caso es que hasta a él le costaba hacer los problemas.

Pues como dije fui liberado de mi error, y me liberé en un examen de carrera, donde el tortuoso método de los factores de conversión me había perseguido. Viéndome incapaz de resolver el examen por los cálculos con tal método alcé la mano, un profesor titular del departamento de Química-Física se me acerca, catedrático para más INRI, y me pregunta el motivo de mi duda y yo le pregunto:

- ¿Puedo utilizar en el examen la regla de tres?

Mis compañeros alzan la cabeza, todo el mundo me ha oído, y comienza el profesor una oración que en un principio creí lapidaria (por el mal concepto que en mi facultad los físicos tenemos de los químicos) pero que fue liberadora:

- Vamos a ver – me responde el catedrático – Si no se pudiera resolver ese problema de química por regla de tres ni yo sabría hacerlo.

Me quedo estupefacto, suspiro general en el aula, risas de algunos compañeros, y yo mi liberación personal porque por fin podría volver a usar la regla de tres y olvidarme de los factores de conversión. Pero ya era casi la hora de entregar el examen, y como los cálculos con factores de conversión me habían ralentizado mucho suspendí. Pero ya todo cambio, el siguiente examen fue notable y me quité la asignatura.

Recuerdo que pregunté a bastantes profesores de química de carrera por el asunto de la regla de tres y porqué quieren que usemos factores de conversión. Todos me respondieron lo mismo, que no entendían de donde provenía esa prohibición y como y porqué se había extendido, que ellos usaban reglas de tres SIEMPRE.

Ya de profesor de academia soy yo el que observa el sufrimiento de mis alumnos, esta vez domino el método de los factores de conversión, pero por más empeño que le pongo la mayoría solo capta las cosas por regla de tres y al final he mandado a la mierda, con todas las consecuencias que ello conlleve, los factores de conversión. El truco es sencillo, consiste en montar una regla de tres que defina que operaciones matemáticas tenemos que hacer, y una vez realizadas traducirlo a factores de conversión, y una vez traducido borrar la regla de tres. Es decir, hay que engañar al profesor del instituto, mentirle, hacerle creer que ellos sacaron los factores de conversión por si solos.

Hay un detalle curioso, realmente el método de factores de conversión y la regla de tres son digamos lo mismo ya que realizan las mismas operaciones para llegar al resultado, solo que lo que es fácil de ver es que cálculos hay que hacer con la regla de tres y más difícil de ver y entender son los cálculos del método de los factores de conversión. Pero lo que verdaderamente me pregunto es sobre lo que habría que hacer para lograr de alguna forma que desaparezca la prohibición y la manía de cierta parte del profesorado de química de la ESO y el Bachillerato, pues semejante metodología está dando resultados muy nefastos y dificulta la enseñanza de las ciencias químicas, y también en cierto modo de las ciencias físicas.
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