Un rumor que me ha llegado, sobre mendigos

Ya saben mis lectores que soy afín a los rumores. Hoy voy a soltar uno que me ha llegado de una fuente que para muchos no es fiable, para mí al 100% no lo es, pero de ser cierta seguramente a muchos de los que pasamos por el metro de Nuevos Ministerios por las mañanas hasta nos guste.

Si nosotros pasamos sobre las 9 de la mañana por el largo pasillo que conecta la linea 10 y 8 con la 6, es decir, el pasillo que está debajo de los Cercanías, podremos ver tocando el violín y con un equipo de música a un chaval delgado y con coleta al que calculo no más de 30 años. Pues según tengo entendido por este rumor, con lo que mendiga este chaval que tanto nos deleita tocando las Cuatro Estaciones de Vivaldi (en especial el invierno) se está pagando los estudios en el conservatorio al mismo tiempo que practica el violín.

No se si alguien le conocerá, pero todas las mañanas ganas tengo de quedarme a escucharle y perderme alguna clase. Me gusta como toca el violín acompañado de su equipo de música.

Es curiosa la historia que hay tras algunos mendigos. En mi parque teníamos un señor mayor que vivía a la intemperie. Mi madre le bajaba algún cartón de leche alguna que otra vez. Todas las mañanas le veíamos lavarse la cara en la fuente y la ropa. Pero era un hombre curioso, no aceptaba vivir de la caridad y solo quería vivir en la calle. Era pacifico y aficionado al vino, se le veía siempre con un cartón pero nunca ebrio haciendo tururu. Según le contaron a mi madre, un piso tenía y familiares, pero no quería vivir en él.

Un buen día empezó a vomitar sangre y se lo llevaron al hospital, no quería irse del parque. Pero estaba tan mal que se dejó llevar, nunca más hemos vuelto a saber de él. Ojalá no este muerto.

Esto podría hacernos recordar a aquella mendiga de Barcelona que quemaron unos salvajes. Su pasado resultó interesante cuando salió a la prensa su caso, lástima que saliera por culpa de esa tragedia. Pero sería interesante revolver el pasado de muchas de estas gentes en busca de aquello que les ha llevado a vivir mendigando o bien solo desear la calle para dormir.
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