Yo exclamé: !Horror!

“¿Cómo se come eso?”, le pregunté. Hacía unos días, él y yo habíamos estado hablando de lo mismo que se votaba en la ley y el diputado estaba completamente de acuerdo pero el día de la votación su partido, incluido él, votó en contra. “No votaremos jamás en favor de una ley sacada por…”, me dijo. “Entonces lo que a vosotros os interesa no es el bienestar y los intereses de los ciudadanos ni la verdad ni nada de eso”, le dije. “Debo reconocer con sinceridad que a los partidos lo que realmente les interesa es el poder y lo demás en la medida en que les ayuda a mantenerse en el poder o a conquistarlo”, me confesó y yo exclamé: ¡Horror!
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