El cardenal, y gran canciller de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, celebró una misa para conmemorar la festividad de la institución Cobo en la fiesta de san Dámaso, Papa: "No hay camino sin memoria agradecida, sin diálogo"
En una solemne Eucaristía presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo Cano, gran canciller de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, se conmemoró la festividad de la institución
Durante la homilía, el cardenal destacó la importancia de la venida de Dios para salvarnos, enfatizando la necesidad de renovación
El evento contó con la participación de seminaristas, trabajadores y estudiantes, así como la presencia y concelebración del obispo de Alcalá de Henares, monseñor Antonio Prieto, y monseñor Juan Antonio Reig Pla, obispo emérito de la misma diócesis
El evento contó con la participación de seminaristas, trabajadores y estudiantes, así como la presencia y concelebración del obispo de Alcalá de Henares, monseñor Antonio Prieto, y monseñor Juan Antonio Reig Pla, obispo emérito de la misma diócesis
(Archimadrid).- En una solemne Eucaristía presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo Cano, gran canciller de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, se conmemoró la festividad de la institución. El evento contó con la participación de seminaristas, trabajadores y estudiantes, así como la presencia y concelebración del obispo de Alcalá de Henares, monseñor Antonio Prieto, y monseñor Juan Antonio Reig Pla, obispo emérito de la misma diócesis.
Durante la homilía, el cardenal destacó la importancia de la venida de Dios para salvarnos, enfatizando la necesidad de renovación. En sus palabras, expresó: «Celebramos que Dios en persona ha venido, no para competir con nosotros, sino para salvarnos. Necesitamos, progresivamente, hacerlo nuevo».
El cardenal abordó la dificultad del camino espiritual, citando a Isaías y señalando que el sendero hacia Dios no es fácil y requiere un esfuerzo significativo. En referencia a los seguidores de Cristo, comentó: «No es casual que el primer nombre que reciben los seguidores de Cristo sea 'los del camino'. No es un camino solitario, sino un camino de Dios».
Haciendo alusión a San Dámaso I, Papa, el cardenal resaltó la importancia de recordar el camino de los mártires y la necesidad de mantener el rumbo espiritual. En este contexto, afirmó: «No hay camino sin memoria agradecida, sin diálogo. Dámaso se empeñó en hacer memoria de los hijos de la iglesia que dieron testimonio. Él recuperó la memoria de los mártires».
Cerrando su reflexión, el cardenal advirtió contra la mundanización de la Iglesia y la pérdida de tiempo en disputas egoístas, instando a la comunidad a mantenerse enfocada en el camino espiritual.
Concluyó con un llamado a la acción: «He aquí nuestro Dios, viene en persona y nos salvará. Pero ahora nos toca a nosotros caminar, el camino de los mártires», siempre con la conciencia de que no vamos solos. Porque, aunque parezca que «todo tiempo pasado fue mejor», esa es una trampa de la que es mejor huir. Todos los momentos de la historia tienen sus luces y sombras, y el camino de los cristianos es transitar por ellos dando testimonio de Jesús.