La "pasión cristiana" de Lutero

En la cuna de la Reforma, Benedicto XVI ha puesto hoy una gran piedra en el edificio del ecumenismo verdadero. Lo comentábamos hace apenas algunos días. El Papa tenía previsto reivindicar la figura de Martín Lutero como un buscador de la verdad, un apasionado de Dios. Lo acaba de decir él mismo: "El pensamiento de Lutero, su espiritualidad toda entera, estaban completamente centrados en Cristo". Ratzinger ha alabado "la pasión cristiana" de Lutero en un encuentro con las comunidades cristianas de Aelmania. Donde todo comenzó a quebrarse hace ahora 500 años, se ponen las bases para la unidad de los seguidores de Jesús. Una unidad que, ojo, no sólo tiene que venir por la "vuelta a Roma" o la unión en una sóla estructura eclesiástica. La auténtica clave la ha dado también Benedicto XVI este mediodía: "Lo más necesario para el ecumenismo" es que católicos y protestantes se ayuden mutuamente a creer, que no pierdan "lo que tienen en común" y no cedan ante "la presión de la secularización".

El mayor error de aquella época fue "haber visto mayormente aquello que les separa" y no haber percibido "en modo esencial lo que tienen en común" como "las grandes pautas de la Sagrada Escritura y las profesiones de fe del cristianismo antiguo". Según ha explicado el Pontífice, en el testimonio "común del Dios de Jesucristo en este mundo" los cristianos reconocen "esta comunión como el fundamento imperecedero", aunque ha advertido que "por desgracia, el riesgo de perderla es real" y que, por ello, católicos y protestantes "deben ayudarse mutuamente a creer cada vez más viva y profundamente".

Ése es el auténtico ecumenismo, el que se fija más en lo mucho que nos une, y que agradece la "pasión por Cristo" de todos los que, honestamente, buscan a Jesús. Un gran paso de Benedicto XVI, y de todos los seguidores de Jesús. Me alegro. Mucho. Una vez más, ¡bien por el Papa!

baronrampante@hotmail.es
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