Marx y la Biblia



3 Marx y la Dialéctica

(Cont., viene del día 12)

¿En qué sentido toda dialéctica es liberación? Es liberación de un sistema represivo, malo y falso _ya sea éste un sistema orgánico, ya sea social, mental o intelectual: liberación de las fuerzas que se desarrollan dendtro de tal sistema. He ahí un punto decisivo

Se trata de una liberación en virtud de la contradicción creada por el sistema, precisamente por tratarse de un sistema malo y falso...Creo que _en Marx también_ el socialismo debería ser. Este "debería" pertenece a la esencia misma del socialismo científico(H. Marcuse, La sociedad carnívoca, Buenos Aires 1969, 30.

Al oponer al capitalismo la sociedad comunista, Marx la determina como una sociedad que los hombres trabajarán dentro de unas condiciones "más digna de su naturaleza humana y adecuada a la misma", y donde la labor del hombre, habiendo dejado de ser únicamente el medio de asegurar su existencia biológica, reencontraría su específico significado inicial (V.Koschelava, El mito de los dos Marx Buenos Aires 1966, 52.

De suerte que a Calvez le falta profundidad cuando afirma en su libro La pensée de Karl Marx, passim que es inconsecuente con la dialéctica el contar con un éschaton dentro del cual no haya contradicciones ya. Será incosecuente con el materialismo mecanicista y con un marxismo que degeneró en "cosmovisión", pero no con el auténtico pensamiento dialéctico. Calvez mismo, discutiendo las interpretaciones que se han dado de la teoría de Marx sobre las crisis económicas como contradicciones inherentes al capitalismo, constata el auténtico pensamiento de Marx diciendo:

Lo que es mucho más importante es que las
crisis, al igual que las leyes del desarrollo
capitalista en general engendran situaciones
tales que los hombres puedan tomar conciencia
de su situación inhumana y decidirse a colocar
bajo su control el mecanismo ciego que funciona
con semejantes sacudidas. El final catastrófico
del capitalismo no es, para el propio marxista,
el advenimiento de una catástrofe natural.
(El pensamiemto de Carlos Marx, 515.)

Se trata de suprimir la "forma alienada de la comunicación,
cuando sobre los hombres dominan, en forma de fuerzas ciegas y elementales sus propias realizaciones sociales (V. Koschelava, El mito de los dos Marx,50 s.) Lo que Calvez le objeta a Marx es precisamente aquello en que Marx coincide con la Biblia: un éschaton aquí abajo. La concepción cristiana y antigriega de la historia no consiste solamente, como parecen sotener O. Cullmann(Cristo y el tiempo Barcelona 1968 y J. Danielou(El misterio de la hisroria, San Sebastián 1957), en una línea en vez de un círculo, sino en el mesianismo incomparable e insuprimible de un esjaton que la mente occidental nunca podrá calificar sino de utópico.

Dice muy bien Mao Tse Tung: "Todas las contradicciones no sólo deben ser resueltas sino que pueden serlo por completo
(Cuatro tesis filosóficas, Buenos Aires 1969, 135). Y Pablo de Tarso: "No por la ley sino por la justicia de la fe se le prometió a Abraham y a su dencendencia que heredaría el mundo"(Rom 4, 13).

La tensión ontológica entre esencia y apariencia
entre "es" y "debe ser" llega a ser una tensión
histórica, y la "negatividad interior" del mundo-obejeto
es comprendida como obra del sujeto histórico: el
hombre en su lucha con la naturales y la sociedad. La
razón se convierte en razón histórica. Contradicen al
orden establecido de los hombres y de las cosas en
nombre de las fuerzas sociales existentes que revelan
el carácter irracional de este orden; porque
"racional" es una forma de pensamiento y acción que se
encaja para reducir la ignorancia, la destrucción, la
brutalidad y la opresión(Marcuse, El hombre
unidimen-sional, 159).

La dialéctica sí ve esa realidad y con toda razón trata de ceguera a quien no la ve.

Al criticar la crisis económica, no quiere sustituirla
por una ciencia económica más despierta, sino que de
hecho la sustituye por una ciencia a secas: esa ciencia
estará en íntima conexión con la praxis, y Marx
no reconocerá autonomía a una pretendida ciencia económica,
que tuviese su propio método y sus propias leyes deter
minadas mediante la inducción y la deducción(J.Y.
Calvez, EL pensamiento de Carlos Marx, 289

Ver: José P. Miranda, Marx y la Biblia, crítica a la filosofía de la opresion
Ediciones Sigueme 1975
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