166. Otra característica de la catequesis, que se ha
desarrollado en la última década es la de una iniciación mistagógica que significa dos cosas: la progresivadad de la experiencia formativa donde interviene toda la comunidad y
una renovada valoración de los signos litúrgicos de la iniciación cristiana.
Muchos manuales y planificaciones todavía no se han dejado
interpelar por la necesidad de una renovación mistagógica,
que podría tomar la formas muy diversas de acuerdo con el
discernimiento de cada comunidad educativa. El encuentro
catequístico es un anuncio de la Palabra y está centrada en ella, pero siempre necesita una adecuada ambientación y una atractiva motivación, el uso de símbolos elocuentes, su inserción en un amplio proceso de crecimiento y la
integración de todas las dimensiones de la persona en un camino comunitario de escucha y de respuesta.
167. Es bueno que toda catequesis preste una especial
atención al "camino de la belleza". Anunciar a Cristo significa mostrar que creer en Él y seguirlo no es sólo algo verdadero y justo,sino también bello, capaz de colmar la vida de un nuevo resplandor y de un gozo profundo, aun en medio de las pruebas.
En esta línea, todas las expresiones de verdadera belleza pueden ser reconocidas como un sendero que ayuda a
encontrarse con el Señor Jesús. No se trata de fomentar un relativismo estético, que pueda oscurecer el lazo
inseparable entre verdad, bondad y belleza, sino de
recuperar la estima de la belleza para poder llegar al
corazón humano y hacer resplandecer en él la verdad y la bondaz del Resucitado.
Si, como dice San Agustín, nosotros no amamos sino lo que es bello, el Hijo hecho hombre, revelación de la infinita belleza, es sumamente amable, y nos atrae hacia sí con lazos de amor. Entonces se vuelve necesario que la formación en la vía de la pulcritud esté inserta en la transformación de la fe. Es deseable que cada Iglesia particular aliente el uso
de las artes en su tarea evangelizadora, en continuidad con
la riqueza del pasado, pero también en la vastedad de sus mútiples expresiones actuales, en orden a transmitir la fe
en un nuevo "lenguaje parabólico". Hay que atreverse a encontrar los nuevos signos, los nuevos símbolos...
168. En lo que se refiere a la propuesta moral de la catequsis, que invita a crecer en fidelidad al estilo de
vida del Evangelio, conviene manifestar el bien deseable, la propuesta de vida, de madurez, de realización, de fecundidad, bajo cuya luz puede comprenderse nuestra denuncia de los
males que puedan oscurecerla. Más que como expertos en diagnósticos apocalípticos u oscuros jueces que se afanan en
detectar todo peligro o desviación, es nueno que puedan
vernos como alegres mensajeros de propuestas superadoras, custodios del bien y la belleza que resplandecen en una vida fiel al Evangelio.
Ver: Papa Francisco
La alegría del Evangelio
Exhortación apostólica
Evangelii gaudium