Católico ¿enseñas tus opiniones o lo que enseña la Iglesia?
A menudo los católicos nos vemos envueltos en diálogos, conversaciones o discusiones sobre temas relacionados con la Iglesia...
¿Cómo afrontamos estas conversaciones?
¿Hablamos desde nuestra opinión personal o tratamos de mostrar la Verdad y la Belleza de lo que nos enseña la Iglesia?
A menudo observo este tipo de conversaciones y me doy cuenta que hay muy buena voluntad, un enorme deseo de explicar y transmitir pero, en demasiadas ocasiones, nos falta formación.
Cuando digo que nos falta formación no hablo de "adoctrinamiento" en el sentido feo de la palabra sino en el positivo: conocer bien qué opina realmente la Iglesia de este asunto o el otro.
Con el tiempo voy tomando más consciencia que la sabiduría de la Iglesia es grande y que la presunción ed que nuestra opinión es lo suficientemente contundente es una tentación.
Mi consejo, como hermano, es que nos entreguemos a la lectura, comprensión y conocimiento de lo que enseña nuestra madre la Iglesia para que estemos bien formados y podamos enriquecer esas conversaciones desde la Verdad y la justicia y no desde nuestra visión personal que siempre corre el riesgo de ser parcial y subjetiva.
Nos dice el catecismo en el número 2030:
"El cristiano realiza su vocación en la Iglesia, en comunión con todos los bautizados.
De la Iglesia recibe la Palabra de Dios, que contiene las enseñanzas de la “ley de Cristo” (Ga 6, 2).
De la Iglesia recibe la gracia de los sacramentos que le sostienen en el camino.
De la Iglesia aprende el ejemplo de la santidad; reconoce en la Bienaventurada Virgen María la figura y la fuente de esa santidad; la discierne en el testimonio auténtico de los que la viven; la descubre en la tradición espiritual y en la larga historia de los santos que le han precedido y que la liturgia celebra a lo largo del santoral."
¿Cómo afrontamos estas conversaciones?
¿Hablamos desde nuestra opinión personal o tratamos de mostrar la Verdad y la Belleza de lo que nos enseña la Iglesia?
A menudo observo este tipo de conversaciones y me doy cuenta que hay muy buena voluntad, un enorme deseo de explicar y transmitir pero, en demasiadas ocasiones, nos falta formación.
Cuando digo que nos falta formación no hablo de "adoctrinamiento" en el sentido feo de la palabra sino en el positivo: conocer bien qué opina realmente la Iglesia de este asunto o el otro.
Con el tiempo voy tomando más consciencia que la sabiduría de la Iglesia es grande y que la presunción ed que nuestra opinión es lo suficientemente contundente es una tentación.
Mi consejo, como hermano, es que nos entreguemos a la lectura, comprensión y conocimiento de lo que enseña nuestra madre la Iglesia para que estemos bien formados y podamos enriquecer esas conversaciones desde la Verdad y la justicia y no desde nuestra visión personal que siempre corre el riesgo de ser parcial y subjetiva.
Nos dice el catecismo en el número 2030:
"El cristiano realiza su vocación en la Iglesia, en comunión con todos los bautizados.
De la Iglesia recibe la Palabra de Dios, que contiene las enseñanzas de la “ley de Cristo” (Ga 6, 2).
De la Iglesia recibe la gracia de los sacramentos que le sostienen en el camino.
De la Iglesia aprende el ejemplo de la santidad; reconoce en la Bienaventurada Virgen María la figura y la fuente de esa santidad; la discierne en el testimonio auténtico de los que la viven; la descubre en la tradición espiritual y en la larga historia de los santos que le han precedido y que la liturgia celebra a lo largo del santoral."