Mahoma místico, chamán y vidente: Imágenes amigas, no caricaturas

Imágenes de Mahoma
Quiero que este blog sea una comtinuación y comentario amable al de hace dos días en el que A. Aya nos ofreciía una profunda reflexión sobre Muhammad como "chamán" originario, testigo de la religión universal. Algunos participantes del blog han respondido de manera negativa, rechazando a Mahoma como "hombre universal"; otros piden más información, en línea positiva. Yo rogaría que todos sean (seamos) respetuosos, para que el diálogo siga y nos podamos seguir enriqueciendo. En esa línea he querido recoger el motivo de la portada de mi libro sobre Moisés, Jesús y Mahoma. Me hubiera gustado que cabalgaran juntos los tres, dialogando sobre temas de vida. Pero sólo encontré la famosa imagen, de origen musulmán-persa, de Jesús y Mahoma. Si alguien conoce imágenes con los tres profetas monoteístas nos las podría señalar, para asi comentarlas.
Soy contrario a todas las caricaturas burlescas de Mahoma, por el respeto que merece un hombres religioso (venerado por millones de personas), sino también por el respeto que merece todo hombre. Oponiéndomeo a eso, he querido recoger aquí dos imágenes, muy tradicionales, que presentan a Muhammad como vidente, para ilustrar aquello que nos decía A. Aya. Los motivos básicos son dos: La revelación de Grabriel, El ascenso celeste (El Apocalipsis de Muhammad). Como podréis ver el rostro de Muhammad aparece borroso, para salvar el misterio (la prohibición de las imágenes). Pero el misterio está en toda la escena.
La revelación de Grabriel

El tema constituye el comienzo de la fe musulmana: Muhammad, el chamán universal, recibe las revelaciones "particulares" (históricas) en las que Gabriel, ángel de Dios (Dios hecho ángel de poder) le descubre históricamente la verdad eterna del Corán celeste.
Muhammad es el hombre que "habita" en dos mundos. Vive,por un lado, en esta tierra, de un modo muy concreto: instruye, anima, convoca, combate contra los opresores, libera... Por otro lado habita sin cesar en la "montaña" de la revelación de Dios, escuchando sin cesar (cuando lo necesita) la Palabra de Dios que le guía, guía al conjunto de la humanidad.
Los cristianos hemos situado muchas veces esta imagen en el lugar "icónico" de la Anunciación de Gabriel a María. En un caso el Ángel dice la Palabra que se encarna en un hombre (nacimiento de Jesús).En otro caso dice la palabra que se expresa a través de la vida y mensaje de un hombre (Mahoma). En un caso hay encarnación. En otro caso revelación constante.
El viaje celeste
Conforme a una tradición que broa del mismo Corán, Muhammad subió al cielo en un "asno" místico, desde la Meca, pasando por Jerusalén. Allí vio todos los misterios, los cielos enteros y los infiernos, como sabe una larga tradiciòn, recogido en occidente por Dante, en la Divina Comedia.
Éste es un tema con infinitas variantes, que aquí no podemos recoger, pues nos llevaría a ls distinción entr4e la resurrección de Jesús y la plenitud de la revelación de Muhammad. Una parte considerable de la visión de los "cielos e infirnos" de la tradición cristiana mediaeva y moderna puede vincularse al Asecenso, Escala o Apocalipsis de Mahoma, según las versines. Baste esta imagen del Ascenso de Muhammad.

Las reflexiones y preguntas de Fernando
Después de estas bellísimas imágenes, que nos pueden ayudar a comprender el especio vital de las "visiones" de Mahoma, místico y/o chamán, con el fin de seguir reflexionando sobre el tema que nos ocupa, quiero dar de nuevo la palabra a Fernando, amigo sabio, que me ha enviado unas reflexiones y peguntas sobre la místico o chamanismo de Muhammad. Sus palabras pueden aplicarse no sólo al Islam, sino al mundo mundo de las religiones. Todo lo que sigue es tuyo, Fernando:

La cuestión es la siguiento para si quieres darle un punto al matiz que otorgas al libro de tu amigo. El mismo Mircea Eliade ya percibió cierta "iniciación chamánica" en la leyenda del monje Bahira cuando interpretó el suceso contado por el propio Mahoma de que Dios le abrió el pecho, le arrancó el corazón, le extirpó una mancha negra y lo reimplantó en su sitio (¿purificación?). El suceso está anotado en Corán 94,1.
Esta supuesta "iniciación chamánica" fue entendida por la teología islámica como que en el Profeta residía la «isma» o inefabilidad. Esta «isma» es prorrogativa exclusiva del nabí, pero sobre todo del «al-rasul» o Enviado, el que, investido del más alto poder, lleva a cabo «recitar las hojas purificadas -textual, aunque otras traducciones indican "páginas purificadas"-, exentas de error», Corán 98,2-3. El texto habla de «mensajero»; en cualquier caso, siempre es el que está investido, como el Profeta.

El chamán posee de algún modo la «wahi» o inspiración, pero no es un «el-rasul» un Enviado que detenta la «isma». Lo digo porque cuando dice « [...] el chamanismo universal, que es una experiencia profunda de inmersión del hombre en la realidad, en sus poderes» (entiendo que es cita de él tomada por ti), está hablando de experiencia puesta en Mahoma como el «[...] ser humano que podía “ver” las relaciones invisibles entre las cosas porque estaba en ellas». De esa manea, Aya está casi situando al Profeta al nivel de los antiguos «kâhin» (en hebreo «kohen») o «'arraf», brujos, adivinos o personas con poderes que practicaban la «qiyâfa» o el arte de interpretar las huellas de los hombres.
Esto creo que no responde a la idea misma de la tradición teológica islámica, no sólo del Corán cuando dice que «Mahoma no es el padre de ninguno de vuestros varones, sino el Enviado de Dios, el sello de los profetas» Cor. 33,40, afectando a la propia raíz de la personalidad religiosa del Islam. Esta personalidad no pretende -si yo entiendo bien al Islam- dar cuenta de "hombres universales" sino de estructurar unos verdaderos «arkan al-iman» o pilares de la fe en los que el profeta constituye la personalidad que pone "obras y palabras" a esta acción fundamental.
Cierto es que Mahoma parece que asistió a las «mufajarat» o justas poéticas de los antiguas tribus, y mucho de ese mundo poético-mágico estaba ligado a los chamanismo, a los que conocían a los yinns, siendo capaces de desatar los nudos que éstos hacían (exorcismos) mediante un «rûh» especial. También parece que padecía de temores mágicos, muy propios de los chamanes, como por ejemplo, según algunos hadiths, el sentirse turbado ante una nube espesa en el cielo y temer un próximo cataclismo, pero otra cosa es igualar, al menos desde la constitución teológica islámica, a un "conocedor" (chamán) con quien «ha venido por orden de Dios» (Corán 16,1; 17,17; 61,2; etc.). Éste es, por así decirlo, llevado por el «amr» de Dios, que en árabe antiguo puede ser traducido como «el que tiene la Orden (Espíritu)» -también "fuerza"- y que el propio Corán (¿bajo intención del propio Mahoma?) desplaza hacia el sentido de "realización" o "descendimiento".
Es decir, leyendo la sura 97 (la del Decreto), ahí se habla de la primera revelación, afirmando: «Es cierto que lo hicimos descender en la noche del Decreto». Otras traducciones -por ejemplo, Cortés- la traducen como «Noche del Destino». Esta revelación es «imr», descendimiento, realización, en cuya noche primordial también «descienden los ángeles y el espíritu [«Yibril», según comentario de la versión saudí que tengo ahora ante mis ojos] con las órdenes de tu Señor». Este espíritu no estaría muy lejos del «rûh al-qudûs» o Espíritu de Santidad, lo que, por cierto, no posee un chamán.
Mi impresión es que, tal vez sin quererlo, está haciendo de Mahoma lo que ciertas teologías cristianas han hecho de Jesús para descristologizarlo, en este caso, des-profetizarlo, convirtiéndolo en un «conocedor», un «especial», como un iluminado o un sabio, pero nada más. Un chamán, un "avistador", no tiene el «an-nabî al-'ummî», el «sello de los profetas». Pero aunque el chamán tenga algo de nabí, no es un «rasul», que lo más parecido a la tradición cristiana sería "apóstol". Los que son visitados por el ángel pueden ser "nabís", pero no alcanzan el status de quien trae la verdad «Al-haqq». ¿No sería la hipótesis de Aya dar la razón a los que juzgaban a Moisés y Mahoma como «magos confabulados», simplemente personajes con poderes pero nada más? El dato en Corán 28,48.
(Hasta aquí Fernando. Queden así juntos los temas: el de las imágenes de Mahoma, el de la reflexión de Fernando).