La palabra (y Claves de la vida 61)

Siento que soy la aguja
de una infinita flecha.
(P. Neruda)


He vuelto a leer partes de la obra poética de Pablo Neruda y quisiera reflejar la poesía de este poeta volcánico y cienfuegos, aunque desde una perspectiva más abierta de lo habitual. Son fuegos de amor pasados por el agua del mar, los bosques y las estrellas, fuegos de amor y muerte, de paz y guerra. La poesía epopéyica de nuestro escritor chileno comenzó alimentándose de una soledad de yedra y madreselvas, tutelado por el ángel de amor de su madrastra y la materia matriarcal de los bosques. En sus Memorias confiesa que el horizonte de su poemática es el ruido del mar, el canto de los pájaros y “el amor ardiendo sin consumirse como una zarza inmortal”: un símbolo agnóstico de la divinidad bíblica.

En efecto, el símbolo amoroso acompañará al poeta para siempre, ya que afirmará querer saltar al agua erótica para caer al cielo del amor. El amor explora las fronteras de la realidad, y especialmente de la realidad personal del otro/otra, nominando y recreando cada ser y el propio ser de lo real: “Antes de amarte, amor, nada era mío: vacilé por las calles y las cosas: nada contaba ni tenía nombre: el mundo era del aire que esperaba”. En el amor el aire flotante se condensa y encarna, aunque apenas logra elevarse hasta el empíreo: “Grito. Sufro. Deseo. Se alza mi brazo entonces hacia la noche llena de estrellas en derrota”.

Estrellas en derrota, pero estrellas. La estrella del amor se estrella en tierra, pero aún arde, funde desesperadamente lo material, naufraga y salva su ser herido: "Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas, aún los racimos arden picoteados de pájaros. Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo en que nos anudamos y nos desesperamos". El ser del amor resulta así ambivalente, amor y desamor, fuego enfriado, logos silente: "Sabrás que no te amo y que te amo, puesto que de dos modos es la vida, la palabra es un ala de silencio, el fuego tiene una mitad de frío". Por ello el amor en P.Neruda "corre hacia la muerte como un grito hacia el eco". El grito del amor retorna como una sombra al inframundo, el cual contrasta con las estrellas absolutas y absortas: "He aquí mi voz extinta. He aquí mi alma caída.Los esfuerzos baldíos. La sed herida y rota. Las húmedas estrellas absolutas y absortas".

Y, sin embargo, la estrella refulge como un amor extático, un amor que aún parpadea, un amor poético infinito y eterno (sic): "Yo me sentí crecer. Nunca supe hacia donde. Es más allá de tí. Lo comprendes, hermana? Siento que soy la aguja de una infinita flecha, y va a clavarse lejos, no va a clavarse nunca, tren de dolores húmedos en fuga hacia lo eterno. Ebrio, mi corazón, bajo Dios, tambalea". Así que el universo de Pablo Neruda y su imaginería cósmica se recorta entre la madre natura y el padre cielo, entre "la vieja madre con su sombra de iglesia" y un horizonte abierto de sentido, siquiera nominado o proyectado por el lenguaje poiético o concreador.

Esta sería la clave hermenéutica de la poesía nerudiana, la dialéctica abierta entre los ínferos cohabitados abajo por subterráneos y raíces, sombras y lamentos, y por encima lámparas, pájaros y esperanzas: "Pensando, enredando sombras en la profunda soledad. Pensando, soltando pájaros, desvaneciendo imágenes, enterrando lámparas. Sacudida de todas la raíces, asalto de todas las olas!" Nos confrontamos con el decisivo XVII poema de amor, en el que nuestro autor define su pensamiento como un enterrar lámparas precisamente para proyectar lo alto estelar o solar en lo bajo telúrico o lunar, tratando de ver desde abajo el subterráneo y las raíces. Puro Neruda, o mejor impuro: se trata de sacudir todas las raíces y realzar todas las olas -sin duda con las alas de arriba.

El amor es una cópula de enlace y desenlace, de anudamiento y desesperación, ala y herida, como afirma el poeta en su final Canción desesperada, pero aún queda el viejo fuego cuasi divino en medio de la muerte: "Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas, aún los racimos arden picoteados de pájaros". Seguramente la llave secreta de esta esperanza está en la creatividad de la Palabra, la cual apalabra la realidad de modo transreal o simbólico, antecediendo y fundándolo todo (de nuevo el símbolo bíblico en la escena secular o profana): "Mis palabras van trepando en mi viejo dolor como las yedras: antes que tú poblaron la soledad que ocupas, ahora quiero que digan lo que quiero decirte".

La palabra, el verbo, el logos poético o concreador: proyector del sentido humano de un mundo inhumano y sin sentido.

CLAVES DE LA VIDA 61


---Dios como innombrable: y omninombrable.

---Dios es todas las cosas que amo.

---Bereshit bara berit: en el principio se creó la alianza (la alianza es creadora de sentido).

---Según santo Tomás, todos llaman al principio radical del universo Dios: pero hoy lo llaman Big-Bang.

---El buen cura es el que cura: el que ayuda y no sobrecarga.

---La gravedad curva al tiempo y al espacio: encarnatoriamente.

---Asumo el apasionamiento ajeno y propio, pero critico la vehemencia propia y ajena: aquel resulta instructivo, esta resulta destructiva.

---El hombre vive como pez en el agua: y muere como pez en el aire.

---Hay una minoría anoréxica o inapetente y una mayoría oréxica o apetente: exageradamente deseosa o gaseosa.

---Los futbolistas tienen pies, los científicos cabeza: y nuestros políticos ni pies ni cabeza.

---(Tomado directamente de la prensa) Playa en California, atentado en Afganistán, funeral en Cachemira: te mostramos las mejores fotos de la jornada; vienen días agónicos (esto lee en el periódico un aragónico como yo).

---Según el ministro griego Varoufakis el sistema establecido es como el Minotauro: pero se equivoca, ya que el sistema establecido –el capitalismo- es como el héroe patriarcal Teseo, o sea, como el torero chulesco que somete y sacrifica al pobre Minotauro escarnecido (el pueblo).

---El viejo cancionero de mi juventud: las canciones melódicas que arrebolaron nuestras románticas ilusiones, y que ahora resuenan como destellos de un atardecer morado y demorado, incluso de un naufragio reparador.

---Kalinka: la famosa canción del Ejército ruso canta con el solista Y. Belyaev al pequeño enebro (kalinka) y a la frambuesa (malinka), símbolos de la naturaleza amorosa.

---Green fields (Verde campiña): cuando el amor, la vida y el campo es verdesperanza.

---En Aragón estoy más despejado que en Euskadi, puesto que se ve todo más claro y raso: incluso la ocasional niebla o boira sobre el Ebro.

---Los infantes de Aragón se desficieron: sólo quedan los infanticos del Pilar.

---En Zaragoza el termómetro es el cierzo.

---La terraza es la azotea: el terrazo donde azota el viento.

---Con jamón y vino se abre camino.

---El ocaso me acosa como un cosaco: con su casaca descastada/desgastada.

---No salimos indemnes de este mundo.

---Estar vivo es estar muerto en potencia: atravesando el acto de morir.

---Una nueva vida consiste en una vida arcaizante: aquella que es capaz de dar el heideggeriano paso atrás (Schritt zurück) con retranca.

---Tenemos necesidad de Dios, alguna religión es necesaria: una sociedad no puede sobrevivir sin religión (M. Houellebecq).

---Soy demasiado escéptico para ser escéptico.
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