"Sigamos cultivando, las virtudes humanas y evangélicas en nuestro ministerio", fue la exhortación que hizo monseñor Lizardo Estrada a los obispos colombianos, reunidos en su 119.ª Asamblea Plenaria prevista del 7 al 12 de julio en Bogotá.

Durante la sesión inaugural del evento que congrega a los más de 90 arzobispos, obispos y administradores diocesanos de las 78 jurisdicciones eclesiásticas del país, el secretario general del Celam, recordó a los obispos que "son peregrinos de esperanza y de paz, testigos del amor en medio de los dolores y heridas de su pueblo, promotores del desarme de las palabras y de la reconciliación".

Movidos por Jesucristo

Una invitación que se fundamenta en las recientes palabras del Papa León XIV el 25 de junio, durante el Jubileo de los Obispos, y en las que remarcó esta actitud cuando "el camino del pueblo se hace más difícil, entonces el pastor, obedeciendo a su virtud teologal ayuda a no desesperar; no con las palabras sino con la cercanía".

Una meta que para Estrada es posible si ellos están convencidos de que “somos el principio visible de la unidad de la Iglesia particular que nos ha sido confiada"; por lo que insistió en que el pastor como hombre de fe es un intercesor ante su Iglesia, porque “es el Espíritu el que mantiene viva la llama de la fe en su corazón”.

Cualidades que deben distinguir la actitud de un obispo y entre las que se encuentran "la lealtad, la sinceridad, la magnanimidad, la apertura de mente y de corazón, la capacidad de alegrarse con los que se alegran y sufrir con los que sufren, el dominio de sí mismo, la delicadeza, la paciencia y la discreción”, sin olvidar la “gran propensión para escuchar, dialogar, y servir con disponibilidad".

Así, trayendo a la memoria las palabras del Papa León XIV según las cuales “el pastor es testigo de esperanza con el ejemplo de una vida firmemente anclada en Dios y totalmente dedicada al servicio de la Iglesia”, destacó el tema escogido por el episcopado para las reflexiones de la presente semana: "El obispo, profeta, testigo y servidor de la esperanza", que aseguró se halla en plena concordancia con la primera Asamblea del año "En esperanza por una Iglesia sinodal, misionera y misericordiosa".

Metas que asegura en gran medida pueden alcanzarse en tanto exista una identificación plena con Cristo tanto en su la vida personal de los obispos, como en el desarrollo de su ministerio apostólico. De ahí que “el Espíritu del Señor de forma a su manera de pensar, sentimientos y comportamientos".

Comprometidos con el continente

Al referirse a la agenda del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño en 2025, habló de la celebración de sus 70 años de existencia como una prioridad, por lo que resaltó el deseo del organismo de sentirse "particularmente animado a renovar y consolidar su servicio a la Iglesia, especialmente al episcopado del continente".

Disposición que se reafirmó tras la 40.ª Asamblea General realizada a finales de mayo en Río de Janeiro. “Nos sentimos impulsados a renovar nuestro compromiso con una Iglesia misericordiosa, sinodal y en salida; que escuche y aprenda de las luces que el Espíritu ofrece a todo el pueblo de Dios, que se deje interpelar por los clamores de los pueblos y tenga la valentía de comprometerse con ellos”.

Un horizonte que se dirige especialmente a la contribución decidida que desean hacer al proceso de recepción del documento final del Sínodo de la sinodalidad en todo el continente y que en sus palabras debe tornarse en vida al interior de nuestras comunidades. "Nos sentimos comprometidos a asumir mayores esfuerzos a favor de la ecología integral y la justicia climática", afirmó.

Causas que se vienen emprendiendo con ocasión del décimo aniversario de la Encíclica Laudato Si' y la inminente realización del COP30 en Belem do Pará en Brasil. "Un esfuerzo conjunto y sinodal que hemos asumido junto con las Iglesias del Sur Global de Asia y África", desafíos que explicó "nos hermanan", en la preocupación, el dolor y la acción pastoral.

Monseñor Estrada ratificó su deseo de servir a los obispos desde la presidencia, la secretaría general y los centros pastorales del Celam. "Sigamos caminando juntos", alentó confiando dicha intención a Nuestra Señora de Chiquinquirá, patrona de Colombia y a quien tendrán ocasión de visitar en peregrinación en el contexto de esta 119.ª del episcopado, el próximo 12 de julio.