"Los espirituales"

En el imaginario colectivo hay una imagen muy limitada, inexacta y hasta caricaturesca de lo “espiritual” y de la “persona espiritual”. Se identifica lo “espiritual” con oraciones, misas o actividades de Iglesia o, en el mejor de los casos, con actividades meramente interiores; cuando se piensa en una “persona espiritual” se tiende a pensar en “beata”, poco comprometida, cuando no extraña y rara, con quien no se puede contar para los trabajos normales de la vida.

No es así. La espiritualidad cristiana está animada por el Espíritu de Jesús. Un Espíritu que nos abre a Dios como padre-madre, que nos hace vivir como hijos y que nos impulsa, como a Jesús, “a llevar la buena noticia a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad y a los ciegos la vista, a dar la libertad a los oprimidos, y a proclamar un año de gracia del Señor”. Es el Espíritu que nos impulsa a “ayudar” a los otros y el que convierte en “espirituales” nuestras acciones, nuestros pensamientos y oraciones, nuestra vida entera. “Ayudar” hace espiritual nuestra vida, toda nuestra vida. ¿No veis la espiritualidad que inunda y desborda y va a enraizarse por las tierras de Haití? Texto: Magua.

Para ayudas: Dominicas de la Presentación.
Entidad bancaria: “La Caixa”.
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